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Quién será el primero en abrir la ruta hacia la cima? Ésta es la pregunta que se hacen la mayoría de grupos. Inicialmente, la expedición suiza de Kobler & Partner tenía previsto coronar el Everest hoy mismo. Pero ayer se retiraron por la gran cantidad de nieve acumulada en el cuello sur (8.000 m.) hacia la arista cimera. Este hecho ha desbaratado los planes de los mallorquines, que todavía mantienen como primera opción hacer cima el 14 de mayo. «Ha sido una noticia decepcionante para todos nosotros. Hasta mañana -hoy para el lector- no sabremos si podremos ir el domingo hacia la cima o si tendremos que esperar cuatro o cinco días más. Es una guerra psicológica, es el juego de la paciencia que pide esta montaña», declaró ayer Tolo Quetglas. En cuanto a las condiciones físicas de los tres escaladores isleños son, hoy por hoy, óptimas. Actualmente, la práctica totalidad de expediciones que suben al Everest por las rutas clásicas de los glaciares de Rongbuk (norte) o de Khumbu (sur) no escalan con estilo alpino, es decir, por libre y con sus propias cuerdas. Lo más normal es que los grupos que se concentran en los respectivos campos base aporten el material necesario -Oli y los dos Tolos han cedido clavos de hielo y estacas de nieve- para equipar los tramos más difíciles con cuerdas fijas. Todos los tramos salvo la cascada de hielo, que equipan los sherpas del SPCC (Sagarmatha Pollution Control Committee).

Tan sólo para acondicionar el tramo final hasta la cima, incluido el peldaño Hillary, se necesitan más de 900 metros de cuerda y un buen puñado de sherpas. Habitualmente, esta tarea se deja en manos de las expediciones comerciales, ya que disponen de más medios para hacerlo. Hasta ayer, se esperaba que la llevaran a término los suizos, que a estas alturas parecen haberse retirado de su intento de ascender al techo del mundo. Grupos como el nuestro o los polacos, más pequeños y con menos medios, se han visto gravemente afectados por este hecho, especialmente ahora, cuando se abre la llamada primera ventana de mayo, la fría, donde las condiciones son óptimas para hacer cima, aunque las temperaturas mínimas rozan los 30 grados bajo cero.

Ayer la tienda grande de la expedición «Mallorca a dalt de tot. Everest 2006» fue el centro de reuniones de los grupos más desfavorecidos por este retraso. Los polacos de Falvit querían saber qué harían Oli y los dos Tolos. Igualmente, el americano Roger de la expedición de Asian Trekking -un canadiense, un coreano, dos alemanes y cinco norteamericanos- se interesó por los planes de los mallorquines. Sin embargo, hoy será un día de peregrinaje por el campo base, con el fin de recabar la opinión e intenciones de la mayoría de grupos. Si alguien abre ruta antes del 14, «paciencia y a esperar». Según Tolo Calafat, todo apunta a que la ascensión se retrasará una semana. «Las condiciones para hacer cima son buenas; sin embargo la ruta todavía no está abierta. Somos un grupo pequeño y no tenemos muchos medios, si no ya estaríamos allí», manifestó. En el caso de que se confirmen las sospechas, los mallorquines tienen previsto bajar un par de días a Dingboche (4.400 m.) para oxigenarse antes del asalto final al Everest. «Ahora es cuestión de tener paciencia y de no precipitarse. Un mallorquín tiene que llegar arriba de todo, aunque sea dentro de la segunda quincena de mayo, la cálida, entre el 20 y el 25, añadió Tolo Quetglas.

Joan Carles Palos