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El pasado jueves, 6 de abril, la aprobación en el Congreso de la sexta ley de educación LOE ha abierto las puertas a todos aquellos alumnos y alumnas que requieren una atención educatica diferente a la ordinaria por presentar necesidades educativas especiales, por dificultades específicas de aprendizaje, por sus altas capacidades intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo, o por condiciones personales o de historia escolar.

Así reza el nuevo texto de la LOE, la puerta de la esperanza para la Asociación de Dislexia y Familia, Disfam; la primera asociación de disléxicos de España.

Entre el 12 y el 15 % de la población balear sufre este trastorno que, hoy por hoy, es el responsable del 80 % del fracaso escolar. Muñoz, vicepresidente de la asociación destacó: «Ya no tendremos que depender de la buena voluntad de profesores o responsables de la Administración, ahora una ley ampara el derecho a la educación de los disléxicos».

Los afectados por dislexia padecen además trastornos asociados como estrés, depresión, Déficit de Atención por Hiperactividad (TDAH) o baja autoestima en un elevado porcentaje que supera el 90 %. Trastornos que pueden derivar en adicciones graves como apuntó Bartomeu Català, presidente del Proyecto Hombre, en la apertura del I Congreso Nacional de Dislexia celebrado en el Melià Victoria en noviembre de 2004. Congreso en el que los propios niños dieron testimonio de la incomprensión y el aislamiento que sufren. Los niños disléxicos requieren de un material didáctico adaptado, básicamente material audiovisual, que les permitirá cubrir los déficits en lectura y escritura: «En Balears, simplemente, no existe material didáctico para ellos», lamentó Muñoz.