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Trabajadores del Polígon de Son Castelló expresaban ayer su indignación por la reserva de plazas de aparcamiento a los funcionarios de la Conselleria de Treball en la antigua cochera de la EMT: «Un privilegio», decían. Un auxiliar de servicio de una compañía de seguridad vigila las plazas reservadas a los funcionarios mientras el resto de usuarios se pregunta «si los trabajadores de la empresa pública pagan más impuestos que nosotros». Cort ha cedido al Govern el uso de unas 60 plazas para los funcionarios de Treball, que ayer justificaban la reserva alegando que las plazas son también «para los ciudadanos que van a la Conselleria a arreglar papeles».

Lo cierto es que llueve sobre mojado. En primer lugar porque la zona anexa a la Gran Vía Asima es caótica a causa de las obras del metro: «Faltan plazas de aparcamiento y tener que dar vueltas para aparcar el coche es una locura». Por otra parte, el polémico uso de este aparcamiento en Son Castelló genera una cierta incertidumbre entre los trabajadores de la empresa privada. La historia comenzó cuando el aparcamiento dejó de ser utilizado por la EMT y pasó a ser gratuito: «Una suerte que sólo duró un par de meses», comentaban.

Después pasó a ser un aparcamiento de pago y hoy, en la valla de la entrada hay un cartel que anuncia «aparcamiento anulado». A pesar de la nota, en el interior de las antiguas cocheras de la EMT aparca todo el que puede, funcionarios y demás, aunque éstos últimos con una duda: «No sabemos si nos encontraremos una multa al regresar, al fin y al cabo el aparcamiento está anulado, aunque aquí aparca todo el que puede porque la zona está imposible».