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JOAN CARLES PALOS (EVEREST)
La expedición «Mallorca a dalt de tot» acaba de sufrir su primer tropiezo. Oli y los dos Tolos tendrán que esperar un día más en Namche Bazar por el retraso de la llegada del helicóptero con el resto del material. El mal tiempo y la niebla dificultan estos días el transporte aéreo de la carga desde Katmandú. Si bien podrían seguir su marcha hacia el campo base, ubicado a 5.400 metros de altura en la cabecera del glaciar del Khumbu, el «sirdar» o jefe de los sherpas, Pasang Tsiring, les recomendó ayer que esperen para poder hacer el recuento de bidones y sacos que contienen, básicamente, los utensilios más necesarios de los escaladores. La pérdida de uno solo de estos equipajes podría resultar dramática para afrontar la ascensión a la gran montaña.

Mañana, los expedicionarios tendrán que subir a la pista de aterrizaje de Syangboche, a 3.700 metros de altura, para comprobar que todo lo que ahora mismo les falta ya ha llegado, y que los portadores y los yaks están a punto para llevarlo hasta el campo base. De momento, Nima Sherpa, el cocinero, partió ayer hacia arriba con las tiendas y la comida que serán el refugio y el mantenimiento de Oli y los dos Tolos durante un mes y medio.

Como terapia para calmar los nervios, los mallorquines aprovecharon ayer para hacer un paseo de Namche a Thame, por el valle del Khumbu y en dirección al cuello del Nangpa La (5.741 m.). Se trata de una ruta con un trasfondo histórico muy importante, ya que fue la vía hacia la salvación de millares de tibetanos cuando la invasión china del Tíbet, en 1959. Este camino es actualmente uno de los itinerarios más interesantes, a la vez que tranquilos, de todo el Himalaya. Hace sólo 47 años se convirtió en el camino hacia la libertad para muchos civiles y autoridades religiosas.