TW
0

El 'rastro' del Volkswagen que aparece en el sumario por la masacre terrorista en Madrid y está domiciliado en la calle Arquitecte Bennàssar no se acaba con el traspaso al joven que residió en Palma, información que se publicó el pasado domingo. Al contrario, a partir de esta pista van apareciendo nuevos datos, que son como piezas de un gran puzzle y que, juntas, pueden aportar mucha luz sobre lo que se ha definido como «los puntos oscuros sobre la investigación del 11-M». Uno de los puntos de partida es el chalet donde los terroristas guardaban explosivos y detonadores, en una finca situada en Chinchón (Madrid), aunque siempre que se ha escrito de la misma se la ha situado en Morata de Tajuña. «El Chino» y otros integrantes del comando tenían su residencia en Madrid, pero el primero había realquilado la citada finca, hasta donde se desplazaba de manera asidua con el Volkswagen Golf. El vehículo domiciliado en Palma es de color negro, con matrícula 0466-BD, y los cristales de la luna trasera son de color tintado. La finca está situada cerca de la localidad de Titurcia, de camino hacia Chinchón, y Ultima Hora ha contactado con uno de los empleados de la estación de servicios que hay en la zona. El hombre, de nombre Francisco, recuerda que «'El Chino' venía a menudo a repostar el Volkswagen y también se llevaba garrafas llenas de combustible». «En su momento -añade- le conté estos datos a la policía. Recuerdo perfectamente que venía siempre con el mismo coche, de color negro, con la luna trasera de color tintado y que la matrícula era de las modernas. Solía venir acompañado de otro árabe, se bajaba del coche y se tomaba una naranjada con nosotros y entablaba conversación». Según los datos a los que ha tenido acceso este periódico el chalet es propiedad de un ciudadano español, que lo habría alquilado a una mujer nacida en Ceuta. Esta, a su vez, lo habría realquilado a un marroquí que en la actualidad está preso en su país por los atentados en Casablanca, y el último inquilino fue «El Chino».