Durante noventa minutos, los padres aprenden a dar masajes a sus bebés.

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Los masajes a bebés resultan tan gratificantes para los padres como para los recién nacidos que sufren cólicos, gases o estreñimientos. Esos son los principales motivos por los que muchos padres, primerizos o no, acuden a los cursos de Maria Antònia Isern, educadora de masaje infantil, que imparte clases en grupos reducidos en la Policlínica Miramar de Palma. Allí trata temas como: «Teoría y práctica del masaje», «Relajación mediante el tacto», «Técnicas específicas para reducir cólicos lactantes, congestiones y estreñimientos», además de enseñar a los padres y las madres a relajar a los pequeños, darles masajes; en fin para hacer más llevaderos los primeros meses del bebé, además de intensificar la comunicación afectiva y facilitar la comunicación verbal de muchos padres.

Catalina Trobat acude con su hija Aina Viver, de dos meses y medio; «el resultado es fantástico, -asegura- desde el primer día se le quitó el dolor de barriguita». Son cinco sesiones de 90 minutos lo que basta para aprender a realizar estos masajes a nuestros hijos. Al llevar a cabo esta práctica, el pequeño lo agradece como es el caso de Emma Oliveras, de tres meses. Sus padres, Alicia Carbonell y José Oliveras acuden juntos a la clase y confiesan que «el momento que pasamos con la cría es fenomenal y ella también lo disfruta mucho. Desde que hacemos los masajes a diario, Emma no ha tenido nada. Aquí lo aprendemos y en casa lo ponemos en práctica antes del bañito y descansa como un ángel».

En el caso de Mónica González, que acude a la clase, de las cinco en la policlínica Miramar, con su hijo Daniel Rodríguez, de 4 meses, el hecho de asistir a las clases se debió especialmente a la necesidad de calmar el cólico lactante del pequeño. «Es genial, ahora Daniel adora esta rutina, un buen masajito, su bañito y el biberón, bueno y a dormir todos». Lo cierto es que a los padres y las madres que acuden a los cursos de masajes para bebés se les queda una cara de satisfacción. La gran mayoría de los que acuden son madres. Esta antigua tradición en muchas culturas del mundo da un resultado casi inmediato. La educadora, Maria Antònia Isern, quien aconseja leer el libro «Masaje infantil» de Vimala Schneider. entrega a los padres una guía muy práctica que simplifica las sesiones para los padres. Por otro lado, Isern destaca la importancia de los aceites vegetales como el aceite de almendras dulces, aceite de avellana, aceite de sésamo, aceite esencial de Mirra y aceite esencial de espliego. En definitiva, padres, madres e hijos, hasta tres años de edad, pueden compartir unos momentos de lo más gratificante durante el día y que además beneficia al pequeño que descubre un mundo lleno de cariño y afecto familiar, en los primeros meses de su vida.

Julián Aguirre