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CRISTINA ROS
Se repiten los presidentes y se repiten también los retratistas. Entre la galería de los ex presidentes del Govern, los del Consell de Mallorca y los del Parlament, suman 15 retratos para 11 personajes retratados por otros 11 pintores. Si la retratista es un género difícil que, como se demuestra en este reportaje, pocos artistas saben cultivar, también difícil debe ser la política de alto mando, y así encontramos a algún político retratado hasta en las tres instituciones principales de esta Isla.

Jeroni Albertí es, entre los políticos -y en este término no hay conflicto de género pues, hasta el momento, todos los «ex» son presidentes- el que tiene el pleno: el primer retrato de los seis que cuelgan en la capilla del Consolat de la Mar es suyo. Posa de pie para el pintor uruguayano Alceu Ribeiro, discípulo de Torres-García, que para la retratística institucional toma un estilo académico. Albertí, de pie en el Consolat y ligeramente apoyado en el brazo de una butaca para el retrato que cuelga de la Sala de Plenos del Consell de Mallorca, obra de Carmen Crespí, vuelve a ser retratado por ésta, esta vez institucionalmente sentado, para la pintura que, desde la Sala del Senado del Parlament, le recuerda como presidente de la Cámara balear.

Con una pose más cómoda y distendida pintó Carmen Crespí, la artista a la que más veces han recurrido los ex presidentes, a Antoni Cirerol, primer presidente del Parlament, que aparece sentado en un rincón de un sofá, las manos cruzadas sobre las piernas y, como en el caso de Albertí y de la práctica totalidad de los ex presidentes que aparecen sentados, de medio lado, se supone que para evitar el difícil escorzo de las piernas, algo con lo que se atrevió el pintor menorquín Sansuguet, al retratar, para el segundo puesto de la galería del Consolat, a Francesc Tutzó, sentado casi frontalmente.