Los cinco ex presidentes de Balears y el actual jefe del gabinete
autonómico coincidieron por primera vez en un acto. Y fue para
recibir las medallas de oro de la Comunitat Autònoma de manos del
actual president, Jaume Matas, en un acto celebrado en el
Conservatori de Palma. Primero recibió la medalla Jeroni Albertí,
primer presidente preautonómico. Después le tocó el turno al
segundo presidente de la Preautonomía, Francesc Tutzó, y
posteriormente a los presidentes autonómicos: Gabriel Cañellas,
Cristòfol Soler y Francesc Antich. En su discurso, Matas destacó
que todos ellos habían participado «en la construcción de nuestra
autonomía con aportaciones plurales y diversas». Para Matas, todos
los galardonados demostraron «su sentido de Estado que sólo se da
en los políticos de raza, de convicciones firmes y capaces de
compartir una serie de principios básicos sin los cuales la vida
política y la autonomía serían inviables».
Matas esbozó un perfil político de todos los galardonados. Y
dijo de Jeroni Albertí que tuvo el honor de haber puesto las
piedras que han servido «de cimientos de lo que después sería toda
la estructura autonómica». «Gracias Jeroni por tu dedicación a
costa del sacrificio personal y empresarial que sólo son capaces de
asumir hombres de bien y los hombres generosos», destacó el
president del Govern. Sobre Francesc Tutzó, Matas dijo que fue «un
símbolo, en la más noble y profunda acepción de la palabra, de unas
islas que habían vivido secularmente de espaldas, con unas islas
menores ahogadas por el peso demográfico y geográfico de una
Mallorca que vivía en su autocontemplación». «¿Qué puedo decir de
Gabriel Cañellas si formo parte de una generación de políticos que
somos todos hijos suyos?», preguntó Matas a la hora de analizar la
figura de primer presidente autonómico. Para Matas, detrás de la
apariciencia «debon mallorquinot sencillo había un talento político
de primer orden y un líder tenaz que era perfectamente consciente
de la circunstancia política que le tocaba dirigir». Matas subrayó
que Cañellas había sido su «presidente», el presidente por
excelencia de todos los ciudadanos.
Sobre Soler, Matas recordó que tuvo que asumir la presidencia en
unos momentos difíciles y dramáticos. «Tòfol Soler tuvo que torear
el toro de la política en las peores circunstancias imaginables y
lo hizo con la dignidad que todo el mundo le reconoce», dijo. Según
Matas, Soler fue una pieza importante en el engranaje que ha
consolidado «nuestro sistema autonómico». El president del Govern
aseguró que la trayectoria de la autonomía no puede comprenderse
sin el concurso de Soler, «siempre elegantemente discreto, incluso
en los momentos siempre amargos de la retirada que son los que nos
revelan la entidad y la calidad de las personas». «Se podría pensar
que otorgar la medalla de oro de la Comunitat Autònoma a un
político en activo, en plena forma y que es un posible candidato a
la presidencia autonómica en las próximas elecciones, es impropio.
Lo sería si estos galardones no fuesen un acto de profundo
significado institucional que, en definitiva, reconoce las
aportaciones a nuestro autogobierno de unos políticos ilustres»,
retrató Matas a la hora de analizar la figura de Antich, el único
presidente socialista de la historia de Balears.
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