La 'diada' contó con una magnífica participación familiar, y todos disfrutaron de una plácida jornada en bicicleta. Foto: PERE BOTA

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La Diada Ciclista de Sant Sebastià 2006, que celebró ayer su XXVIII edición, tuvo una extraordinaria participación. La Plaça de Cort y la de Santa Eulàlia se llenaron de ciclistas para realizar el recorrido por el centro de Palma hasta llegar al Palau d'Esports de Son Moix. Fue una jornada donde el buen tiempo y la propia actividad invitaron a que muchos niños y niñas tomaran parte, unos con sus pequeñas bicicletas y otros en la sillita de la bici de sus padres. Los más divertidos optaron por evitar el atuendo deportivo y se disfrazaron; vimos algunos simpáticos siurells, payasos e incluso un señor que con unicornio y todo simuló al teniente coronel Tejero, aunque sin más conflicto parecido. Frente al Ajuntament, las azafatas repartieron cientos de gorras y sudaderas rojas, así como globos. Sin ningún incidente grave y con una perfecta coordinación de dos puntos, tras nueve años de preparar la diada volvió a batir récord de participación.

Se repartieron boletines informativos para todos los ciclistas, en los que se destacaban algunas normas de seguridad para realizar un perfecto recorrido. Aunque fueron pocos, los hubo que abandonaron a mitad de camino y volvieron a casa sin pedalear. Pero la gran mayoría llegó hasta el polideportivo municipal de Son Moix, donde los cortes de tráfico en calles, avenidas y salidas de autopista ocasionaron algunas molestias a los conductores.

A medida que fueron llegando los ciclistas a Son Moix fueron descansando y retomando fuerzas con un refrigerio, además de música y regalos para los mejores disfraces, al participante de mayor edad, así como al más joven y al grupo más numerosos. Muchos obsequios en la rifa y cascos de ciclista para seguir disfrutando con seguridad. La retirada de todos los participantes se realizó sin prisas. Eso sí, mientras unos obtaron por meter la bicileta en el maletero del coche y volver en el vehículo, la gran mayoría no dudó en seguir pedaleando, y demostrar su buena forma física hasta llegar a casa.

Julián Aguirre