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Fue una noche larga, quizá la más larga de todo el año que acaba de comenzar, pero muchos ciudadanos que trasnocharon hasta el amanecer no quisieron acostarse sin antes arreglar sus maltrechos cuerpos gracias a un copioso desayuno. Muchos de los bares y cafeterías de Palma abrieron a primera hora sus puertas seguros de que la mañana iba a ser provechosa. Y no se equivocaron. Desde el amanecer muchos jóvenes y algunos no tan jóvenes que llevaban toda la noche sin dormir degustaron un chocolate caliente o un café con leche acompañado sobre todo de ensaimadas y cruasanes que les sentaron a las mis maravillas y les ayudaron sobre todo a que ayer al mediodía o ya por la tarde, cuando se levantaran de la cama, los efectos del alcohol quedaran un poco disipados.

Alguno que otro llegó con bastante dificultad a la cafetería y dio algún que otro problema a los camareros, pero fueron los menos, ya que la gran mayoría de los clientes siguieron con el buen humor de toda la noche y, por otra parte, había otros que ya habían gastado todas sus energías y lo único que deseaban eran que les sirvieran rápido y retirarse lo antes posible a descansar.

Esta tradición de desayunar en una cafetería la primera mañana del año puede que vaya perdiendo un poco de pujanza respecto a hace unos pocos años debido a que mucha gente todavía está festejando la Nochevieja hasta bien entrada la mañana. Y es que los tiempos cambian y parece que si se llega en Nochevieja a las 8 de la mañana a casa hasta a algunos les puede parecer que es pronto.

R. D.