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La ley de la ventaja imperó ayer en bares y cafeterías. Todo siguió igual que el pasado 10 de julio de 2005 cuando entró en vigor la ley antitabaco autonómica, para desgracia de muchos no fumadores que frecuentan bares cuya superficie es menor a 100 metros y que ayer se decantaban claramente a favor de la ley estatal: «Es mejor saber si hay o no hay fumadores y elegir... Un letrero no protege del humo en espacios pequeños; es demagogia». Los clientes no fumadores no sabían ayer, fecha de entrada en vigor de la ley estatal, si tenían la posibilidad legal de reclamar que los propietarios de bares pequeños inclinen la balanza para dejar de «jugar a dos bandas».

Los fumadores, por el contrario, reclamaban su espacio tanto en bares como en lugares de trabajo «como hasta ahora». Decían que la ley estatal es muy «restrictiva», «radical». Alguno llegó a calificar la situación actual de «caza de brujas injustificada». A su vez, los empresarios que regentan bares pequeños afirmaron que optarán por defender a su clientela, sea fumadora o no, el criterio para un negocio no es la salud sino el negocio.

Los empresarios que poseen bares superiores a 100 metros pedían ayudas del Estado para afrontar los gastos que les ocasionará acometer una reforma que puede costar hasta «cuatro millones (ptas)». Para éstos, el Estado no puede quedar al margen de la reforma que promulga «mientras se sigue embolsando una buena cantidad de dinero con los impuestos del tabaco».