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Ya están en Mallorca los príncipes Haakon y Mette-Marit. Llegaron anteayer por la tarde, tras finalizar la Copa del Rey de Vela (no sé quien dijo, y por qué, que Haakon llegaba para participar en dicha regata; pues no ha sido así). También están en Mallorca, Kyril de Bulgaria y Rosario Nadal, que tienen en su casa de Porreres hospedados a los príncipes noruegos y a sus hijos. En el camino de tierra de esta casa puede hablar con ella, Rosario, que está bellísima, pero que insiste en que no quiere fotos, por lo cual -deducimos- no habrá ninguna facilidad por su parte para que se las hagamos, cosa que le respetamos, al menos yo, aunque eso no significa que algún día se las haga (a nada que se me ponga a tiro, desde luego). Para ello necesitaré un cursillo de topografía de la zona, pues los príncipes de Preslav conocen caminos para ir a la playa, que nosotros no, lo que les permite esfumarse.

En cambio sí tuvimos ocasión, ayer por la tarde, de asistir a las clases de surf tirado por una cometa (kite-surf) que nos pareció que le impartía Kyril a Haakon en la playa... ¡de Can Pastilla!, lugar a donde llegaron con algunos de sus hijos, mientras sus esposas se quedaban en casa. Sí, en Can Pastilla, como usted y como yo. Un heredero al trono y el hijo de un rey sin trono, pero currante donde los haya, me refiero a Simeón de Bulgaria, que como no puede desde la monarquía, pues allí no existe, sirve a su país desde la presidencia de gobierno o desde la oposición. Digo que ambos, como dos turistas más, pasaron la tarde con sus hijos vigilados desde la distancia por los escoltas (noruegos y españoles).

Los dos, llegaron a la playa cargando las tablas, las cometas y los arnéses, y controlando a los niños, sin ayuda de de niñeras, procurando llamar poco la atención, cosa que de no haber sido por nuestra presencia, hubieran conseguido. El baño dio paso al kite-surf. En la distancia, nos dio la impresión de que el maestro era Kyril, por cierto, más metrosexcual que nunca, al menos en aspecto, y el alumno, el heredero de la corona noruega, alumno aventajado, dicho sea de paso, pues a poco se hizo con la tabla y la cometa. Sobre las seis de la tarde, recogieron los chismes, los empacaron, los metieron en el coche, se dieron el último bañito con los niños, ¡y a casa!

Pedro Prieto