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La plaza Pere Garau, una de las más concurridas de Palma los sábados por la mañana, expone cada semana una gran variedad de productos frescos de la tierra, ganaderos y artesanos. La calidad a buen precio es el reclamo que llena los sábados este mercado donde todavía la 'pagesia' mallorquina se deja ver.

Algunos puestos están regentados por familias que llevan casi 40 años en Pere Garau y que han visto crecer el barrio. Vitalidad y dinamismo en el comercio son los distintivos de este mercado municipal; uno de los puntos más «cosmopolitas» de la ciudad.

La expansión tiene también su parte negativa; Isabel Ferrer, de Lloret, tiene claro que el trabajo es mucho y el dinero poco; sus hijos han optado por trabajar en la banca y, el pequeño, aunque la ayuda, quiere ser profesor de autoescuela: «Es una lástima que no haya continuidad», dice.

Algunos puestos como el de Sebastià Llaneras y sus hijos Antoni y Rafael, otra de las familias con una larga historia en Pere Garau, creen que sería positivo un poco de orden ya que, en la actualidad, su puesto ha quedado rodeado de chiringuitos donde se vende ropa. Sebastià conoció a su mujer, Margalida Amengual, en el mercado. Ella ayudaba a su padre cuando le conoció: «Fue un flechazo en toda regla». Ahora esta familia originaria de Son Ferriol y Algaida, sólo baja a Palma los jueves y sábados: «Los miércoles vamos a pueblos y el resto de la semana cuidamos la tierra».

Guillem y Miquel Àngel Perelló, padre e hijo, tienen claro que «Pere Garau es lo más grande; hay un ambientazo». Son de Porto Cristo y en su huerto cultivan melones, sandías, uva, tomates, ciruelas, y también venden productos de Pollença.

María Matos regenta el puesto de artesanía «Sa Penya»: «Tierra arcillosa de Villafranca para los 'cossiols' ya que es muy bueno para las plantas; deja transpirar la humedad. Tierra roja de Pórtol para las 'graixoneres' y, la de peor calidad, la arenosa, para las típicas huchas de cerditos ya que al fin y al cabo se van a romper». Marta lamenta que algunos comercios cercanos vendan a precios muy bajos, sin embargo, tiene claro que no es adecuado poner una planta en una maceta de plástico o vender ollas hechas con arcilla de mala calidad: «Cada producto tiene su composición y su razón de ser», matiza.

La calidad y el buen precio es el argumento de Mercedes: «Hace 35 años que llegué a Mallorca, aunque al principio viví en el Arenal y ahora en el Coll d'en Rabassa, siempre he venido a comprar a Pere Garau. Es barato y bueno».