Un momento de la clase de música que se imparte por grupos. Foto: JAUME MOREY

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La Granja Escola Jovent acoge desde ayer y hasta el próximo sábado, 2 de julio, las colonias musicales, organizadas conjuntamente por la Escola de Violí de Bernat Pomar y los educadores de la granja. El objetivo de esta actividad, que se realiza cada verano desde 1998, es consolidar los conocimientos musicales adquiridos durante el curso. De esta manera, se combinan las clases musicales con las tareas propias de una granja, los talleres y el tiempo de ocio en la piscina. Son seis días de convivencia organizados y pensados para que los niños aprovechen el día y tengan la oportunidad de aprender participando en dichas actividades. Ayer fue el primer día de la colonia y los monitores organizaron los niños en cuatro grupos con un nombre para cada uno, que se mantienen durante todo el campamento. Después, cada grupo realizó una visita por las instalaciones de la granja y realizaron una actividad relacionada con la granja: un taller típico, dar de comer a los animales, cuidar el huerto o las tareas propias de una possessió.

Además, cada grupo se encarga de una tarea de limpieza. Ayer, día de presentación, los niños tuvieron un primer contacto con los instrumentos pero será hoy cuando los chavales empiecen las clases musicales, todos los días cuatro horas diarias. En estas clases, los pequeños repasan lo aprendido durante el curso y conocen nuevas técnicas.

A la hora del descanso, después de la comida, algunos optan por hacer la siesta mientras que otros prefieren darse un baño en la piscina, hacer pulseras, leer cuentos o incluso hacer puzzles. Esta experiencia es muy gratificante para los niños que, además de continuar con su aprendizaje musical, aprenden a respetarse los unos a los otros a través de la convivencia diaria. También conocen de primera mano las tareas propias de una possessió mallorquina.

Samantha Coquillat