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La Germandat de Mestres Jubilats celebró ayer el final de curso con un homenaje a los maestros de más de 85 años. Para ello se realizó una misa en la iglesia de los Caputxins de Palma y a continuación se ofreció una comida en el restaurante Son Termes. Este último acto, al que asistieron numerosas personas, fue muy emotivo. En él se reconoció la «imprescindible» labor educativa de los maestros más veteranos, cuyos esfuezos han contribuído a crear una «sociedad mejor».

Maria Ferrà Figuerola, Ana Maria Gaya Fernández, Margalida Marí Torres, Angel Morado Bibiloni, Maria Noguera Estarás, Margalida Puig Oliver, Mercedes Roca Gorrías, Margalida Tauler Arcas y Tomeu Valls Oliver han sido profesionales que han dedicado más de la mitad de su vida a la enseñanza en Balears. Àngel Morado tiene 86 años, de los que ha pasado 48 «en servicio». Estuvo en los colegios públicos de Pollença y Alcudia, para pasar luego al Vivero de Palma y finalmente al Eugenio López. Asegura: «nunca tuve ningún problema con el alumnado. Yo aplicaba simplemente mi máxima: 'Disciplina por el trabajo' y todo funcionaba a la perfección. Antes había buenos alumnos. Era una grata profesión de la que me siento orgulloso».

Maria Ferrà también tiene una gran historia a sus espaldas: «Desde los 18 trabajé para el Estado. Estuve muchos años en la escuela de niñas de Santa Catalina y en la graduada de El Terreno. Me licencié en pedagogía psicoterapéutica. Luego estuve en el Mater Misericordie, enseñando a niños tartamudos. Han sido décadas de trabajo intenso y arduo, pero que han valido mucho la pena. Cuando era joven estuve de mecanógrafa en una base naval, por eso me hicieron ex combatiente. Mi especialidad son los niños pequeños».