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Más de 350 niños y jóvenes del colegio Pedro Poveda participaron ayer en la fiesta de fin de curso, que este año tuvo como novedad su carácter solidario con las víctimas detsunami del sudeste asiático. Desde el pasado mes de enero y en el marco de la campaña de ayuda a los damnificados, cada aula de este centro ha albergado una ola que se ha ido agrandando a medida que aumentaban los donativos y que ayer, al fin, rompió en esta «Fira Ona» inmersa en un ambiente festivo con una variopinta muestra y venta de objetos realizados por los estudiantes entre alumnos, padres y profesores, que sumaron las últimas aportaciones a una recaudación que hasta la fecha había alcanzado los 2.473,16 euros.

Los patios del centro acogieron pequeñas representaciones teatrales a cargo de segundo y quinto de Primaria y segundo de ESO, basadas en los párrafos más célebres de «El Quijote», mientras un mercadillo improvisado ofrecía desde abanicos a pulseras, huchas, tejas pintadas, conchas, pelotas para malabares y velas en vivos colores o en forma de muñeco, producto de la fantasía infantil.

A la «Fira Ona» se sumó a partir de las 20.00 horas un pa amb oli y una bebida previo tícket benéfico a la que se añadió ensaimada a cargo de APIMA. Una celebración destinada a despertar en los niños el sentimiento de solidaridad hacia los más desfavorecidos.

G. Alomar