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Nueva sesión plenaria -la penúltima del actual periodo de sesiones- en la Cámara balear y más tensión que añadir a la ya de, por sí, complicada situación. El momento más conflictivo se produjo en el turno de preguntas al Govern, cuando el conseller de Educació, Francesc Fiol, llamó tres veces seguidas «mentiroso» a un diputado de EU-EV, concretamente a Miquel Ramon. Ramon había pedido al conseller que dimitiera si no era capaz de garantizar el pago puntual de los salarios y complementos a los funcionarios de su departamento, mientras que éste le tachó de «mentiroso» por atribuirle gastos falsos. El cruce de acusaciones entre Ramon y Fiol se produjo a raíz de la pregunta del diputado opositor sobre los retrasos en el abono de los desplazamientos y las dietas de «profesores itinerantes» que no han cobrado estos conceptos desde noviembre del 2004.

El diputado de EU-EV subrayó que estos impagos coinciden con gastos innecesarios como una cena de 12.000 euros que supuestamente habría pagado la Conselleria. El diputado de EU-EV indicó que el dinero de Educació se destinaba a Costa Nord y el equipo ciclista. «Rectifique, es usted un mentiroso», le dijo. Ramon se mantuvo en sus trece y el conseller insistió en el calificativo. El presidente de la Cámara, Pere Rotger (también del PP) le pidió que evitara el insulto. Como Fiol le preguntó que sinónimo había para referirse a alguien que miente, el presidente de la Cámara señaló que «alguien que falta a la verdad». Fue el prólogo a una crítica generalizada de todos los grupos de oposición a Fiol por su política educativa. El portavoz del PSM en estas cuestiones, Eduard Riudavets, le reprochó que «nunca ha hecho una clara defensa de la escuela pública» y presentó una moción para que diera «un giro» a su política.

La moción fue rehazada con el voto del PP y UM. Simón Gornés (PP) rechazó «el fondo y la forma» de la moción del PSM y negó, una por una, las bases que sustentaban los planteamientos de los nacionalistas. La moción del PSM abogaba por una nueva orden de admisión de alumnos «que garantice la igualdad del alumnado en el acceso a los centros mantenidos con fondos públicos», pedía un «reparto equitativo» de los estudiantes inmigrantes y exigía el cumplimiento de la normativa de los centros concertados. La polémica sobre Bitel, el presunto espionaje de los correos electrónicos del Consell durante la primera etapa de Jaume Matas como president, fue también motivo de fricción. Francina Armengol y el president Jaume Matas se enzarzaron en una discusión sobre las responsabilidades de cada uno en este caso. Según Armengol, se trataba de un redireccionamiento intencionado. Matas espetó a la portavoz que nada más llegar el Pacte al Govern se contrató a un funcionario con el único objetivo para organizar «una maniobra política de caza mayor» y que incluso se «destriparon ordenadores» para filtrar a los medios la agenda del president.