El guía también les contó numerosas anécdotas. Foto: MARIA ESCUDERO

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Ayer fue día de puertas abiertas en el Parlament de les Illes Balears. «Lo suyo es que hubiera sido hoy, aniversario de su constitución, pero como hay pleno, y cambiarlo a otro día hubiera sido un problema, adelantamos la jornada», señalaron fuentes. Desde las diez de la mañana hasta las ocho de la tarde, grupos de personas mayores, jóvenes, escolares, así como diversos colectivos, se acercaron a conocerlo. El primer grupo, al menos durante unos minutos, estuvo acompañado por el presidente, Pere Rotger, que de buen grado se hubiera quedado más tiempo, pero un viaje a Menorca le obligó a partir a mitad de esta primera visita. Desde que el Parlement existe, cinco han sido las jornadas de puertas abiertas. La primera tuvo lugar en la segunda legislatura; la segunda, en 1993, coincidiendo con el décimo aniversario de la aprobación del Estatut; en la quinta legislatura hubo dos jornadas, 20 de marzo y 30 de mayo, y en la sexta, otras tantas, 30 de mayo de 2004 y 30 de mayo de 2005, o sea, ayer. Y las seguirá habiendo cada año, pues ese es el deseo del presidente al considerar que el Parlament es de todos.

La entrada a esta jornada de puertas abiertas se hizo siempre a través de la puerta de Conquistador, abierta durante la reforma del edificio, en 1913. La visita discurrió por el vestíbulo y la biblioteca, que dispone de unos 16.000 volúmenes catologados. En ella se recordó que era biblioteca pública, por tanto al alcance de todos los ciudadanos; entraron en la sala verde, o lugar de reunión de las distintas comisiones; visitaron el salón Montenegro, llamado así por las pinturas de Roberto Montenegro que cuelgan de sus paredes. Esta estancia es el despacho oficial del presidente del Parlament. Pararon también en la sala del Senado, presidida por los retratos de los reyes de España. Caminaron por el salón de los Pasos Perdidos, cuyo parquet es de 1918 y, por último, penetraron en esancta sanctorum, o sala de las Cariátides, o Salón de Plenos, donde sus señorías debaten nuestras leyes y de vez en cuando se enzarzan en discusiones.

Durante la visita, en la que los guías contaron numerosas anécdotas, los visitantes pudieron contemplar las pinturas que cuelgan de las paredes de las distintas dependencias del palacete: las de Ricardo Ankermann en la sala del Senado, Sala de Cariátides y Pasos Perdidos; las de Montenegro en el despacho del president, como se ha dicho; las de Bauzá en Pasos Perdidos; la de Josep María Sirvent, en el vestíbulo de la puerta de Conquistador; y las de Cerdá, Rosselló, Pizá, Ribas, Tarrasó, Maraver, Puget y Torrent en el vestíbulo. Finalizada la visita, a cada uno se le entregó un CD, un ejemplar del Estatut y un recordatorio de los lugares visitados.

Pedro Prieto