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ESTO NO ES EL VATICANO. El jueves por la mañana, los transeúntes que transitaban por la calle Misericordia miraban hacia las alturas, sorprendido por lo que parecía ser una «fumata blanca». Contribuía a esa percepción el hecho de que dicho «humo blanco» salía de uno de los extremos de uno de los vértices superiores de la parte trasera de la Iglesia de la Sang. Pero inmediatamente quedaba aclarada la cosa. No se trataba de que aquí se hubiera producido un cisma por el que otro Papa Luna tratara de disputar el trono a Benedicto XVI. Sencillamente ocurría que alguien estaba utilizando un aspersor de agua para limpiar la terraza y eso provocaba una nube blanca, que vista al trasluz se ofrecía como iluminado milagro. El problema del éxtasis frustrado, y de vuelta a la realidad, era que el agua mojaba a todo el que pasara por dicha calle, sin paraguas a mano. Cabe decir que las gotas eran tan micro que apenas se notaban, y era como si utilizaras un spray para mojarte el pelo y lucir peinado.

ÀRBOLES. Se completó la obra de reforma de la calle Bisbe Campins, que luce nuevas aceras y calzada, pero que le faltaban los árboles. La obra se terminó en época poco propicia para el trasplante, por lo cual durante unos meses los alcorques han permanecido vacíos. Ya no lo están. Cada uno cuenta con su ejemplar, que ahora es una especie de palitroque con ramas que poco sombra proyectarán este año; pero ya se andará.

CIERRE TOTAL. Para que no quepa la menor duda, en este comercio hace tiempo le pusieron el cierre, pero para que no hubiera dudas de que se trataba de una decisión provisional, además de cerrar las puertas, se tapió los portales y ventanas. Son las exigencias de esta época de reformas que afecta el centro de Palma, y muy especialmente la zona de sa Gerreria, en donde se pueden ver ejemplos similares, o no, porque la mayoría de antiguos negocios no sólo han sido tapiados sino que los han demolido para siempre.

COMERCIOS ABIERTOS EN DOMINGO. En algunas zonas del centro de la ciudad, en el casco antiguo, existe cierta preocupación vecinal a causa de la concentración de indigentes que acuden a comprar a comercios que permanecen abiertos, a pesar de ser domingo o día festivo. El problema no es la presencia de esas personas, sino las consecuencias, pues tienen sus necesidades fisiológicas y evacúan en cualquier rincón. Además, los vecinos se quejan de que se sientan y se ponen a dormir en los portales de las casas e donde suelen dejar envases, restos de comida, y vómitos. Los vecinos preguntan por qué se permite que estos comercios esté abiertos, a la par que solicitan más atención institucional para esa gente sin recursos.

EL POLVO DE LAS OBRAS. En algunos edificios en construcción, en pleno centro de Palma, se están utilizando máquinas para el tratamiento de la grava. Eso produce una polvareda que se extiende por toda la calle y se mete en las viviendas, porque en esas obras no cubren con una tela suficientemente tupida los espacios. Y mientras tanto eso sucede, los del Ajuntament mirando a otra parte.

Pep Roig