Imagen de la primera subasta electrónica tras el conflicto que enfrentó a pescadores con los 'peixeters'. Foto: JAUME MOREY

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La normalidad volvió ayer a la subasta electrónica de pescado de la Llonja de Palma tras tres semanas de ausencia de los «peixeters» (mayoristas y detallistas) con motivo del enfrentamiento que han mantenido este colectivo y el de pescadores, quienes gestionan la subasta a través de la organización de productores Mallorca Mar. Como informó este periódico en su edición de ayer, pescadores y «peixeters» han llegado a un principio de acuerdo por el que se conceden dos meses de tregua para negociar un reglamento de funcionamiento de la Llonja y su subasta. Mientras tanto, los «peixeters» han regresado a la subasta y han retirado sus denuncias, los pescadores han suprimido la venta al público en la propia Llonja y se ha sustituido por una cinta la polémica barrera que impedía el acceso de los «peixeters» a la zona donde se prepara el pescado antes de subastarlo.

La cinta (una vulgar cinta de plástico de la Policia del Port para acordonar o precintar), se colocó, tal como se había acordado, en un punto más cercano al género que donde está situada la barrera para así asegurar la visualización del pescado, que era lo que reclamaban los «peixeters». Los mayoristas y detallistas respetaron la cinta y desde allí observaronel pescado que se preparaba para la subasta. Francisco Bauzà, presidente de los «peixeters», declaró que «no es la situación ideal, no es la que más nos gustaría, pero bueno, al menos se ve el pescado. Hay que tener en cuenta que se trata de una medida provisional mientras negociamos de manera tranquila. Ahora llega el buen tiempo, y es de esperar que los pescadores consigan más capturas a un precio satisfactorio para ellos. Lo que no se puede hacer es vincular el precio a si se ve o no se ve el pescado».

Bernat Bonet, presidente de Mallorca Mar, expresó su satisfacción porque «tras tres semanas de tensiones, la normalidad ha vuelto a la Llonja. No había mucho pescado por culpa del mal tiempo, pero se ha vendido a buen precio. Todo se ha desarrollado correctamente, con tranquilidad. La cinta que hemos colocado ha sido respetada. Hay algunos que todavía están un tanto enfadados, pero, en general, ha reinado un buen ambiente».