TW
0

PEDRO PRIETO-ROMA
Segundo día en Roma. A media mañana la cola por ver al Papa sobrepasa Sant Angelo y por la tarde, está a ya más de cinco kilómetros de la basílica de San Pedro. Unos polacos recién llegados de Chicago se incorporan a ella. «Da lo mismo si para verle hemos de estar esperando de pie doce horas. Hemos viajado desde América para eso», dicen.

Nosotros hemos comenzado la jornada dándonos un paseo por el Trastevere con el fin de hacer tiempo para la audiencia que tenemos en la Embajada española ante la Santa Sede, cuyo titular es el mallorquín Jorge Dezcallar.

Durante la visita al Trastevere, en la que el párroco de Valldemossa, Dolç, hizo de guía, pues estudió y vivió durante años en Roma -para él, según confesó, años irrepetibles-, hemos visitado la iglesia de Santa Maria y luego nos hemos acercado al Tiber, desde donde hemos visto asomar la cúpula del Vaticano por encima de los edificios que la rodean.

El embajador español nos ha recibido en el gran salón al que se accede a través de una escalinata con alfombra roja. Nos ha dado la bienvenida y nos ha invitado a conocer el palacio donde se halla ubicada la primera embajada del mundo, creada por los Reyes Católicos, de la cual él es el 140 embajador.

Dezcallar nos ha contado que la visita de los valldemossins a Roma no es casual, sino que estaba prevista desde el verano del año pasado, ya que se planificó durante la fiesta de la gent gran. «Lo que ocurre -añadió- es que la muerte del Papa ha hecho variar todo el programa previsto. Mañana -hoy para el lector- habrá una misa en la iglesia nacional Monserrat, fundada con dinero que aportó una mallorquina; y también mañana -hoy- llegan los Reyes y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, además del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Àngel Moratinos, y el jefe de la oposición, Mariano Rajoy. Estos dos últimos no se hospedarán aquí».