El castillo de Castelnuovo, que conserva partes construidas con mano de obra mallorquina y piedra de Santanyí. Foto: OSCAR PIPKIN

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Las ciudades de Palma y Nápoles tienen una historia común que se remonta al siglo XIII y que hasta ahora no había sido objeto de atención y estudio por parte de organismos públicos y privados. La visita cultural que organizó ARCA y en la que participó la primera teniente de alcalde de Turismo del Ajuntament de Palma, Francisca Bennàssar, ha servido para planificar un futuro de colaboraciones y estrechar vínculos entre estas ciudades. Gabriel Barceló, como presidente de la asociación, y Francisca Bennàssar, como representante del Consistorio palmesano, tomaron las riendas de la expedición y dieron los primeros pasos para impulsar este importante proyecto. La reina Sancha, Sancho de Mallorca y Guillem Sagrera son parte de la aportación mallorquina que aún perdura en aquellas tierras.

El magnífico palacio de Castelnuovo, uno de los símbolos de Nápoles, fue construido durante los reinados de Carlos II y de Roberto de Anjou. Guillem Sagrera, cuya obra en la Lonja de Palma es mundialmente conocida, es el autor de la majestuosa Sala de los Barones de ese monumental edificio y de la escalinata que lleva a ella, elaborada con piedra de Santanyí con la valiosa mano de obra de Mateu Forcimanya y que aún pisan millones de visitantes de todo el mundo. Roberto estaba casado con Sancha de Mallorca, que se recluyó en el convento de Santa Clara en 1344 y se dice que murió en Jerusalén un año después. En la iglesia del mismo nombre se encuentra el monumento funerario en su honor, reconstruido después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, un prodigio de artesanía.

El Belén Napolitano conservado en el Palacio March de Palma es un Bien de Interés Cultural, obra del gran artista napolitano Giuseppe Sanmartino (1720-1739). Ya desde sus comienzos, el famoso artesano buscó la reproducción minuciosa del paisaje físico y humano de la Campania y del sur de Italia. Los belenes napolitanos presentan una diferencia con respecto a otros, ya que el nacimiento se sitúa en lo alto de la colina, mientras que en la mayoría de otras representaciones, lo vemos en primer plano, en la base. Pompeya, Herculano y Caserta unen sus caminos hacia nosotros con innumerables obras de arte que todo aficionado a la cultura y el turismo debería visitar.

Óscar Pipkin