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La empresa Esabe asumió a las 24.00 horas del jueves la vigilancia de todas las sedes judiciales de Mallorca y Eivissa, pero el cambio de concesionario generó desconcierto entre los funcionarios, que ayer por la mañana se encontraron las puertas cerradas a cal y canto. En el TSJB, por ejemplo, el fiscal jefe, Bartomeu Barceló, tuvo que emplear sus llaves para abrir las puertas de esa sede, una hora y quince minutos después del horario de apertura (07.00 horas), a una docena de funcionarios.

CC OO denunció esos problemas en un comunicado, subrayando que se registró «un importante desconcierto y descontento en todos aquellos trabajadores que acuden muy temprano a su juzgado, que se encontraron con las puertas cerradas, un problema que no quedó solucionado por completo hasta las 08.30 horas».

«Una vez más, el Ministerio de Justicia que, desde hace tiempo, trata de 'vender' una imagen de renovación y de mejora en la atención al ciudadano, con su política de control de gastos, no solo no mejora nuestras condiciones de trabajo, sino que las empeora». Comisiones Obreras, asimismo, señaló que el personal que realizaba las tareas de seguridad en Vía Alemanya tuvo que entregar, a las doce de la noche, las llaves de los edificios en el Juzgado de Guardia de Palma.