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Un total de 32 cofradías participaron anoche en el solemne y tradicional traslado de la Dolorosa hasta la iglesia de La Sang. Desde Sant Nicolau salió la procesión de la Vírgen de la Dolorosa en su traslado a la iglesia de La Sang, recorriendo las calles Constituciò, Plaça de la Reina, Born, Joan Carles I, Jaume III, Bonaire, Via Roma y Plaça Hospital, en una ceremonia muy vistosa seguida por una gran cantidad de público que se apostó en esas calles desde tempranas horas para no perderse detalle del desfile. Poco antes, se había celebrado una misa en la iglesia de Sant Nicolau. Numerosos cofrades participaron en el traslado de la Dolorosa, cofradía fundada en 1910, y que dio inicio a la procesión bajo los acordes del himno nacional español interpretado por una banda de música.

Vestían una túnica encarnada, capa azul, capirote blanco alto para los caballeros, y bajo para las damas, con el tradicional escudo de la cofradía, rematado con la Corona Real.

La cofradía de Santiago aportó su paso «Cristo de las siete palabras», junto a la banda «La Pasión», y la Cruz de Calatrava, su «Cristo Humillado», ambos muy bien adornados.

El paso de la Dolorosa estuvo acompañado por toda su cofradía, que hizo las veces de anfitriona.

Flores blancas arroparon la bella imagen de la Virgen que esculpiera el escultor mallorquín Guillem Galmés, que presidió el desfile en compañía del rector de Sant Nicolau, Felip Guasp y del presidente de la cofradía, Gaspar Buades.

Reforzadas por sendas bandas de música estuvieron la cofradías Cinco Llagas, Santa Faz y Santiago.