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En un pleno en el que la estrella debía haber sido la moción de reprobación al conseller d'Interior, José María Rodríguez, presentada por el PSOE, el interés se desvió a la propuesta presentada por el PSM para que el hospital de referencia se construya en Son Dureta y no en Son Espases. A la oferta de diálogo lanzada por el PSOE para que Govern y Gobierno negocien una nueva ubicación, el diputado popular Miquel Munar contestó con una contundente frase: «Ahora resulta que nos tenemos que sentar para que nos chantajeen porque hay un tal señor Antich que quiere usurpar lo que perdió con las urnas». «No nos podemos arrodillar ante chantajes que nos llegan desde Madrid», añadió. La frase de Miquel Munar fue una declaración de intenciones de lo que vino después, el rechazo de los populares a negociar una nueva ubicación al hospital, aunque éste se construya con dinero del Gobierno central.

Todos los partidos de la oposición pidieron al PP que diera marcha atrás en su proyecto de construcción del hospital en la finca de Son Espases. Aseguraron que, si se hubiera hecho en el solar de Son Dureta, la obras ya estarían en marcha. Miquel Gascón (PSOE), Joana Lluïsa Mascaró (PSM) y Miquel Ramon (EU-EV) denunciaron que el Govern construirá el nuevo hospital en Son Espases por razones urbanísticas y no por motivos sanitarios. El otro gran debate fue la fallida reprobación del PSOE contra el conseller d'Interior, José María Rodríguez. Los votos de PP y UM salvaron al conseller de ser reprobado por mantener una actitud «despectiva hacia la representación del pueblo de las Illes Balears».

El diputado socialista Antoni Diéguez acusó al conseller de mentir cuando aseguró que España había sido multada por la UE por culpa del Pacte, denunció el «enchufismo» del conseller en su departamento y lamentó las denuncias inexistentes sobre las ayudas a Camariñas. En defensa de Rodríguez salió el diputado popular Joan Font, quien aseguró que el comportamiento del conseller había sido «exquisito, diligente y modélico».