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Manacor vivió ayer sus Beneïdes más solidarias. Todo el dinero recaudado por ebaciner durante el desfile de las Beneïdes se destinará íntegramente a los damnidicados por el 'tsunami' de Asia. En una iniciativa sin precedentes, el Patronat de Sant Antoni acordó enviar todas las bacines conseguidas en los bailes dedimoni a la zona de la tragedia.

Este año, en las tradicionales Beneïdes participaron más de treinta carrozas. Éstas reproducían antiguas labores del campo. Una antigua sínia, las costumbres culinarias de foravila, las matances o un horno de leña entre otros emblemas típicos del mundo rural. La carroza que obtuvo el primer premio fue una obra maestra del arte y la pared seca. Una casa de payés con los muebles e instrumentos típicos del campo reproducidos con una fidelidad exhaustiva hicieron que el jurado se decantara por esta carroza.

A parte de las carrozas, decenas de niños y niñas portaron sus mascotas a bendecir. Perros, gatos, canarios, conejos, caballos e incluso una fura blanca o una cabra, recibieron el agua bendita del rector de Manacor, Rafel Umbert. La afición por los caballos que existe en Manacor también se hizo notar en las Beneïdes. Los carros y carretons decorados con flores secas de mil colores dieron la nota alegre a la invernal mañana.