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Tal y como ya es tradición, el 2004 fue despedido en Manacor a lo grande. Un año más, la plaza Weyler, junto al emblemático Campanar, se llenaron de vecinos que, ajenos al frío, comieron entre equilibrios, gritos y jolgorio las doce uvas de la suerte.

No faltaron las típicas serpentinas y bolsas de cotillón, aunque en esta ocasión más de uno se atrevió a lucir pelucas de colores brillantes para entrar con buen pie en el 2005. Una vez que n'Eloy hubo despedido el año, y tras las pertinentes felicitaciones de los allí reunidos, un grupo musical siguió amenizando la noche de Manacor. Pequeños y mayores disfrutaron de un espacio en común.

La actuación de Lorenzo Santamaría hizo que Inca diera la bienvenida al año nuevo al son de «Para que no me olvides», «Noches de blanco satén» o «Si fueras mi mujer». El veterano cantante hizo las delicias de los más maduritos que no dejaron de corear las viejas canciones de siempre.

No faltaron los fuegos artificiales que dieron la bienvenida al nuevo año, y el chocolate con ensaimadas ofrecido por el Ajuntamet. Y es que el hecho de recibir el año al son de las campanadas del reloj municipal se hace cada año más popular.