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Alrededor de un millar de personas (600 según la policía y 4.000 según los organizadores) participaron ayer en Palma en la manifestación independentista que conmemora la conquista de la ciudad por parte de las tropas del Rei Jaume I. Esta manifestación, que se celebra desde finales de los años 80, fue convocada por la Plataforma 31 de desembre.

Los manifestantes iniciaron la marcha desde el Passeig des Born y la concluyeron en la Plaça Berenguer de Palou, con una pancarta en contra de la Constitución europea. El secretario general del PSM, Bartomeu Vicens; el eurodiputado de Esquerra Republicana de Catalunya, el ibicenco Bernat Joan, y el coordinaro de ERC en Mallorca, Joan Lladó, entre otros, encabezaban la manifestación independentista, rodeada de grandes medidas de seguridad. Entre los manifestantes se encontraban Pere Sampol, Nanda Ramón y Cecil Buele, entre otros.

En la Plaça Berenguer de Palou, la joven Lucy Collyer leyó un manifiesto en el que criticó con dureza la política territorial del Consell de Mallorca, la construcción de nuevas autopistas y la situación lingüística de Balears. Durante su intervención, Lucy Collyer criticó la aprobación del Plan Territorial de Mallorca y cuestionó la decisión del Ajuntament de Palma de permitir construir en el Secar de la Real «con la excusa vil de un hospital». «Si la alcaldesa no rectifica, el nombre de Catalina Cirer se añadirá a la lista de destructores de la isla», acusó la joven, portavoz de la plataforma antiautovía Inca-Sa Pobla. «Van a sepultar con toneladas de cemento y asfalto la isla», agregó Collyer.

En relación a la política lingüística, Collyer cuestionó la «bandera absurda de las modalidades» que defiende el Govern y lamentó que el gabinete que preside Jaume Matas haya «retirado dinero de la escuela público para patrocinar un equipo ciclista». El acto concluyó con la actuación de un grupo musical y durante la marcha no se registró ningún incidente.