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OBRAS POR UN TUBO. No falta mucho para que la alcaldesa de Palma y sus concejales satélites vuelvan a reinaugurar las obras del aparcamiento de s'Institut que ya fueron inauguradas hace unas semanas. En realidad se inauguró el subterráneo del aparcamiento subterráneo, y lo que se inaugurará el mes que viene es la parte superior del aparcamiento subterráneo, que aunque sea lo mismo, no es lo mismo. Es decir, que es un mismo proyecto, pero diverso y reinaugurable. Porque lo que se está culminando ahora es la plaza del tubo, techo del aparcamiento, cuyo tubo, tan criticado y denostado cuando se inauguró la primera vez, está siendo reinstalado. Y esto es así puesto que nadie está dispuesto que esta nueva plaza sea conocida como «plaza sin tubo», apelativo difícil de explicar a turistas y futuras generaciones de ciudadanos. En la foto se aprecia los soportes, que ya de por sí constituyen un conjunto escultórico apreciable, pero que no resulta por sí solos, porque tampoco nadie parece dispuesto a que a este lugar se conozca como «plaza de los soportes sin tubo».

PORTA DE SANT ANTONI. La imagen actual de sa porta de Sant Antoni rememora a aquella que se produjo tras los bombardeos durante la Guerra Civil. Las obras del «rehabilitación», que incluyen haber arrasado por completo lo que era el arrabal musulmán y la construcción de un gran aparcamiento subterráneo, han atrapado sa Porta, con lo que se posibilita la foto de contrastes (la vertical) entre los edificios que se han «salvado» y los que van surgiendo (el de los juzgados) y trasformando por completo el lugar, urbanística y socialmente.

ANTONI MAURA. El panorama que se observa en estas fechas desde lo alto de la murada hacia el paseo Sagrera tropieza con el abigarrado panorama de las obras de otro aparcamiento subterráneo en la avenida Antoni Maura. Es el paisaje durante la batalla a la que nos tiene sometido desde hace décadas el Ajuntament de Palma, que no ve manera de terminar la ciudad al gusto de todos, y por eso la tiene siempre destripada. Pero la foto (inferior horizontal) no muestra un panorama esperanzador, lleno de Palmeras tal si fuera un oasis. Y hasta queda espacio para el motivo navideño, y en la esquina superior izquierda se vislumbra la silueta de una estrella de Navidad, tal artificial como la Navidad misma. Algo es algo.

LOS VILLANCICOS CALLEJEROS. Pare-ce que este año los comerciantes han decidido no dar la tabarra al vecindario y los transeúntes a base de villancicos difundidos por los altavoces adosados a las fachadas y que tantas quejas, y hasta puede que algún elogio, levantaron en las fiestas navideñas anteriores. Este año parece que han decidido hacer la fiesta en paz en las calles, y no castigar a los ciudadanos con la repetición interminable de los peces en el río. Puede que realmente eso sea una sensación, o que el que suscribe se haya vuelto sordo, o fruto de la casualidad, que hace que cuando pasa, los villancicos callen, lo que también se agradece, porque la música, cuando no se desea, sólo es un ruido más, y de esto anda sobrada la ciudad.