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Con un público encendido, casi en su totalidad femenino, y con la sangre hirviendo, seis integrantes de los bomberos de Palma celebraron en la noche del viernes un inolvidable full monty. La discoteca Pachà estaba llena de gente, luces de colores, música a tope y un calor que invitaba a pedir más copas con mucho hielo, entonces salieron los chicos del uniforme incandescente. En ese momento temblaron los cimientos del templo de la música palmesana, griteríos de euforia, locura desenfrenada, el deseo se apoderó del entorno. Con nervios y una inconfesable vergüenza Miguel, Dani, Guiem, Jordi, Alex y José María, los bomberos de Palma, comenzaron a mover sus cuerpos al ritmo del sonido. Primero un botón, luego otro y otro, hasta mostrar el torso desnudo y lleno de músculos. Fue el inicio de un espectáculo al más puro estilo americano. La cosa siguió calentado el ambiente, fuera cinturón, fuera pantalones y llegó el momento del tanga. Traseros en movimiento, manos en la cintura y... zas, el casco de bomberos se coloca bajo el ombligo de los protagonistas. Sin duda, algunas de las presentes hubieran querido ver más.

El principal objetivo se consiguió, algunos euros se recaudaron con la venta, también en la discoteca, del tan deseado calendario para el 2005. Entre las compradoras se sorteaban los meses.

Así pues, hubo para todos los gustos, eso sí, sólo mirar, nada de tocar, al menos durante la actuación, pues alguna seguro que se fue a dar una buena ducha tras el incendio. Eso sí, provocado.

Julián Aguirre