Alrededor de sesenta niños, alumnos de la escuela holandesa, celebraron ayer la llegada de San Nicolás que viene cargado de regalos y dulces.
La Asociación Cultural Holandesa en Balears reunió en la mañana de ayer a 60 niños y niñas, alumnos de la escuela holandesa de Magaluf, que recibieron con efusión y alegría la llegada de San Nicolás. Uno de los salones del hotel Sol Magalluf Park se adornó para la ocasión y preparó productos típicos como los dulces o galletas con especias. La llegada de San Nicolás es una tradicional fiesta que surgió por el año 1600 cuando un obispo español llegó a Holanda con el duque de Alba y un grupo de moros que ayudaban al obispo a repartir regalos. La celebración es muy parecida a la de Papá Noel o los Reyes Magos. En esta ocasión, San Nicolás también luce una larga y espesa barba blanca, un atuendo con capa en el que predomina el color rojo y llega unos días antes de la noche del día 6 de enero; lo hace a bordo de un barco cargado de juguetes y caramelos. Ayer los más pequeños tuvieron la ocasión de fotografiarse y pedir juguetes y deseos al propio San Nicolás. Momentos de alegría y otros entre sollozos fueron los que disfrutaron los alumnos del colegio holandés en Mallorca. La tradición mantiene que los pequeños de la casa dejen botas o zapatos al lado de la chimenea, en la ventana o en la terraza donde se encontrarán regalos y dulces.
Andy Teran, de 7 años de edad, ha pedido un traje para su «Power Ranger» y una pistola. La pequeña Belén Vanmarsnille, de 7 años, ha pedido, entre otras cosas, la película de «Barbie, la costurera». Por su parte, al pequeño Isaac Braat Forteza de 5 años de edad le gustaría que San Nicolás le trajera unos prismáticos, una tienda de campaña y unos walkie-talkie.
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