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En el año 1995, las bodegas de Jaume Mesquida presentaban la exclusiva etiqueta que el artista Manuel Picó concibió para su cavernet. De esta manera, el cava se convertía en el pionero a la hora de fusionar la cultura del vino con el arte. Ahora, casi una década después, la cuarta generación de la familia de bodegueros vuelve a sorprender con un nuevo proyecto cultural. Se trata de la exposición «Art i Vi», que se tuvo lugar ayer por la tarde en el Convent Hotel de la Missió, y que estaba compuesta por un total de 50 pinturas exclusivas, obra de la artista Maria Torrents. Estas obras utilizan como soporte las cajas de madera que contienen el vino.

Estas cajas se encontraban a la venta por un precio único de 100 euros e incluían una botella de Syrah, un chardonnay y un cava espumoso de calidad. Torrents ha utilizado la tipografia y el color para elaborar esta colección de cajas inspiradas en las botellas de dicha bodega. Según la pintora, aceptó la oferta de Mesquida «atraída por el soporte» y, sobre todo, porque «era un reto producir 50 obras sobre un mismo tema».

Esta pintora nació en Palma en 1978. Entre 1989 y 1995 realizó estudios de dibujo en la Escuela Libre del Mediterráneo, fundada por J. Torrents Lladó. En 1995, se trasladó a Canadá, donde obtiene la licenciatura en Historia del Arte a la Concordia. En 1999 realiza un Máster en Historia del Arte Moderno en la Universidad de Toronto. En la actualidad dirige la fundación Casa Museo J. Torrents Lladó.

R.D.