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Si anteayer fue día de llegadas de la «quinta isla», ayer fue jornada de reencuentros a con sus familiares mallorquines y menorquines. Sucedió a media mañana en el hotel Alexandra, tras la bienvenida que les dio la consellera Rosa Puig. Mientras algunos seguían haciendo gestiones para dar con sus allegados, a los que nunca habían visto, otros se había reencontrado ya con ellos momentos antes.

De entre los primeros están Catalina Manresa Adrover, vecina de Mendoza (Argentina) y nacida en s'Horta de donde emigró a Argentina con sus padres en 1950. Ella se reencontró con sus primos, Rafael Taberner Manresa y la esposa de éste, Ana Artigues. «Mi papá murió; vive mi mamá, María Adrover -contó Catalina-, que tiene 98 años. También murió un hermano. Tengo ganas de ir a s'Horta para ver cómo está la que fue mi casa de la que todavía me acuerdo, aunque imagino que ahora todo estará muy cambiado». Alberto Forteza es argentino. Vive en La Plata donde trabajó como arquitecto y dio clases en la facultad de arquitectura. «Ahora me entretengo como cantautor. He compuesto una canción, Mallorca, en la que canto a la nostalgia de los emigrantes». Cuenta que su padre, Bernardo, de Manacor, llegó a Argentina en 1907 a bordo del «Indiana»; un año antes había arribado a aquellas tierras su abuelo, Paco, que era talabartero. Dice Alberto que ser seguidor del River y del Boca es una ordinariez, «por lo que yo soy hincha del Independiente». Admirador del Che, considera que su aventura en Bolivia, donde murió, era imposible. «Era un idealista que al final deliró». No sabe si encontrará familiares vivos en Mallorca. Quedó en que me dejaría la letra de «Mallorca» en la recepción del hotel.

Urbano, guajiro de Olgin (Cuba), se encontró con su primo lejano, Lorenzo Gomila. «Mi papá era de Menorca, y mi mamá cubana. Según me cuenta el primo, toda la familia se vino a Mallorca. De ella me quedan media docena de primos lejanos y una prima carnal ya muy mayor». Urbano, a sus 76 años, sigue trabajando en el campo, pues en Cuba no hay jubilación. Tiene mujer -«muy brava aún»-, dice, y dos hijos.

Francisco Pujol Antich es cubano, aunque oriundo de Artà. Cuenta que su abuelo Francisco construyó en Puerto Rico la primera instalación eléctrica. «Luego se marchó a Cuba donde se quedó». Le encantaría encontrar a su primo Jesús Antich, que según sus datos vive en la calle Colón, de Palma. «Escribió una carta a mi padre el 15 de noviembre de 1963», carta que nos muestra. También nos enseña un documento gráfico de su padre y dos primos suyos, así como el certificado de que construyó esa primera instalación eléctrica en Puerto Rico.

También anda buscando a su familia el abogado argentino, y miembro de la Casa Balear de Buenos Aires, Jorge Antonio Apolo. Su padre -cuenta- Jorge Apolo, que nació en Palma el 7 de julio de 1899, vivía en la calle Pelaires 82. Aunque nacido en Ibiza, también vivió en Palma su abuelo Jorge y la mujer de éste, Catalina Oliver i Balaguer. La duda que tiene Jorge Antonio es si ha cambiado la numeración de dicha calle.

También andaba buscando a su familia Inés Mateu Moragues, de Buenos Aires. «Me he de poner en contacto con Catalina Balle y Apolonia Vallespir, ambas de Palma. Tengo sus teléfonos, pero no puedo hablar con ellas. Probaré en otro momento».

Los miembros de la «quinta isla» tienen un programa completísimo para conocer algunos de los más bellos lugares de Mallorca y Menorca.

Pedro Prieto