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Los directivos de grandes cadenas hoteleras de Balears -Sol Meliá, Iberostar o Fiesta Hoteles- afirman que las Islas sufren un problema estructural de sobreoferta de plazas que está provocando una reducción de precios y una merma progresiva de la rentabilidad del sector, situación a la que también ha influido el crecimiento de la oferta residencial, el desarrollo de los destinos competidores y la reducción de la estancia media de los turistas, todo ello agravado por una debilitación de la demanda derivada de la situación económica europea. Ante esta situación, proponen la reconversión o eliminación de la oferta de alojamiento y la regulación de las viviendas vacacionales, además de las mejora y la especialización del producto turístico, así como el desarrollo de los canales de comercialización directa.

Durante el transcurso del foro «Balears y Canarias ante los nuevos desafíos del turismo», organizado por la revista «Preferente», el presidente de Sol Meliá, Gabriel Escarrer, recordó que parte del sector cifra el exceso de ofertas de alojamiento entre 40.000 y 60.000 plazas y afirmó que esta situación está generando «una proliferación de ofertas que cada día afectan más a nuestras cuentas de resultados». Escarrer valoró las perspectivas turísticas de Balears «no con pesimismo, pero sí con preocupación».

El presidente del Grupo Iberostar, Miquel Fluxá, destacó que la estabilidad financiera de las empresas turísticas de Balears y su diversificación geográfica les está permitiendo reducir sus ganancias «sin nerviosismo». «Si ganamos un 30 por ciento menos durante algunos años lo podremos aguantar», afirmó. Fluxá coincidió con Escarrer en que los dos principales problemas de Balears han sido el exceso de plazas y la crisis de las economías europeas.