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T. GOMIS
El Ajuntament de Palma ha ordenado, hace escasos días, el cierre del complejo Megapark, la principal oferta de ocio de la zona, por vulnerar la disciplina urbanística. Pero Megapark podría no ser el único que esté incumpliendo la normativa, cuando se hace referencia a ella en sentido estricto. De hecho, el hotel Neptuno, un establecimiento que denunció Megapark, también afronta una demanda en los juzgados por infracciones urbanísticas.

Han sido los representantes de Megapark, propiedad del empresario Bartolomé Cursach, los que han denunciado en el juzgado de lo contencioso las obras realizadas por su vecino. En su intento de adaptarse a los nuevos tiempos, el hotel Neptuno pidió licencia de obras al Ajuntament de Palma para demoler una parte de las instalaciones y construir en una superficie similar. Pero los números no cuadran. Y la distorsión es considerable, al menos sobre el papel.

Los denunciantes aseguran ante el tribunal que el proyecto inicial de la obra en el histórico hotel Neptuno proponía una actuación sobre una superficie construida de 6.447 metros cuadrados, pero en el proyecto resultante han salido 8.278, es decir, 1.831 metros cuadrados más.

¿Cómo puede justificarse este desfase? La propiedad del hotel, representada por Matías Oliver Marroig, asegura que existe un error del ingeniero que fue contratado por los anteriores titulares del establecimiento. Para los denunciantes, sin embargo, se acaban de realizar modificaciones de importancia en las «plantas, fachadas y cubiertas» que han dado lugar al desajuste.

Serán los tribunales los encargados de decir si la denuncia tiene base y si se han cometido irregularidades. Los servicios técnicos del Ajuntament de Palma han realizado sus correspondientes informes en los que se detectan anomalías, pero el cauce de resolución ya ha dejado de ser competencia exclusiva suya y ha entrado la vía judicial.