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El presidente de la Autoritat Portuària de Balears, Joan Verger, calculó ayer que la reforma para la ampliación del puerto de Palma costará entre 600 y 1.000 millones de euros, por lo que considera imprescindible que el Gobierno central recurra a una aportación económica europea de los Fondos de Cohesión, citando la construcción del muelle de Botafoc, en Eivissa, como precedente.

El proyecto estará redactado a final de año por el Pla Director d'Infraestructures Portuàries, pero Verger adelantó algunas de sus líneas generales.

El presidente de la Autoritat Portuària, tras una reunión del Consell de Navegació i Port de Palma, descartó un crecimiento del puerto en la zona del Moll Vell, frente a la Catedral, para apostar por una expansión del Dic de l'Oest, que por cuestiones técnicas no podrá ser hacia el interior, mirando a Paraires, sino hacia el exterior, obligando a construir un nuevo dique.

Verger indicó que «los trabajos, si se llevan adelante, serán muy costosos y pueden prolongarse hasta 20 años, pero hay que tener en cuenta que estas obras marítimas son de grandes dimensiones y siempre resultan muy complicadas. En obras de puerto, 5 ó 10 años son un plazo corto».

Las intenciones de Joan Verger apuntan a que el primer tramo del Moll Vell, con una superficie de 60.000 metros cuadrados, se destine a zonas de ocio y comerciales, amarres de embarcaciones deportivas y servicios náuticos. Aunque el presidente de la Autoritat Portuària destacó que el puerto de Palma «ya está muy integrado en la ciudad, la zona del Moll Vell consolidaría esta vinculación con servicios comerciales y de ocio». El segundo tramo seguiría igual: mercancías y reparación de embarcaciones.