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Los socios y amigos del Real Club Náutico de Palma volvieron a reunirse ayer por la noche para celebrar una vez más la cena de confraternización. Era la séptima edición desde que en 1998 festejaran el cincuenta aniversario de la fundación del club. Desde entonces, han seguido reuniéndose para recordar esa efemérides. Más de 1.400 socios, además de autoridades y amigos acudieron a esta cita que el presidente del club, Matías Salvà, califica de un acto íntimo. A las nueve de la noche todo estaba preparado y el club engalanado para recibir a los comensales. Un flautista ponía las primeras notas de música mientras se hacía el reparto de mesas. Unas breves palabras del presidente abrieron la velada y de inmediato unos setenta camareros se repartieron por salones y terrazas para servir un completo buffet compuesto por varias ensaladas, platos de carne, de pescado. Todo ello regado con buen vino y el cava, fundamental en estas celebraciones. Un saxofonista tomó el relevo en la música mientras los comensales seguían divirtiéndose. El showman de Son Amar, Mike Pidone, imprimió un nuevo ritmo a la velada antes de que los flamencos entraran en escena con cantes, sones y palmas. Ahí no acabó la diversión, porque luego se abrió la discoteca que puso la guinda a esta fiesta multitudinaria y divertida. Tolo Llabrés

Fotos: T.L/S.C.