Los pequeños participantes de las colonias musicales, que organiza el profesor Bernat Pomar, disfrutan en plena naturaleza perfeccionando o aprendiendo a ritmo de violín.

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El campamento con más ritmo del verano disfrutó de las mejores sintonías de pequeños artistas que, acompañados por sus instrumentos preferidos, convivieron en pleno contacto con la naturaleza durante unos días de vacaciones. Las colonias musicales de la Granja Escola Jovent, organizadas por la Escola de Violí de Bernat Pomar desde el año 1998, y los educadores de la propia granja, han acogido durante toda una semana a niños y niñas que están empezando a tenere interés por la música.
Desde primera hora de la mañana y tras un buen desayuno, los pequeños realizaban algunas faenas de la granja antes de comenzar las clases musicales. Aprender, consolidar o perfeccionar los conocimientos con los instrumentos, como el violín o el piano, es el principal objetivo de niños y niñas que además disfrutaban del tiempo libre. La jornada tenía, además, actividades y manualidades, así como juegos didácticos y de entretenimiento.

Experiencia
Algunos de estos pequeños repiten la experiencia que, en el caso de los primerizos, la definen como inolvidable y con ganas de repetir. Seis días de plena convivencia que, aunque parezca duro, la realidad es que los pequeños no echaban de menos a los padres, los cuales llamaban a diario. El último día, el pasado sábado 26, los alumnos de Bernat Pomar realizaron un fantástico concierto dedicado a los padres, quienes pudieron apreciar lo aprendido por sus hijos durante la estancia en la granja. Los pequeños se manifestaron con pancartas donde ponían, «¡Volem quedar aquí per sempre!» y gritando su lema, que dejaba bien claro que habían pasado unos días fantásticos. La organización y metodología de dicha colonia musical destaca por el amplio programa de aprendizaje durante todo el campamento y las diversas actividades y juegos de entretenimiento en la possessió, donde los niños y niñas forman parte de la granja y, como pequeños granjeros, realizan tareas como darles de comer a las gallinas, vacas, y otros animalitos, o pasear a lomos de un poni.
También hay talleres en los que hacen pulseras, leen cuentos, realizan puzzles o simplemente se descansan tomando el sol junto a la piscina. Estas actividades fueron muy aplaudidas por los alumnos tras las clases de música, que se impartieron tanto en los patios exteriores como en el interior de la possessió de la Granja Escola Jovent, de Palma.


Julián Aguirre