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Los críticos a la candidatura de Francina Armengol se han asegurado ya 90 de los 201 delegados para el próximo congreso de la Federación Socialista de Mallorca (FSM), según coinciden los dos sectores en disputa tras analizar los resultados globales de las asambleas. Lo que ocurre es que los partidarios de Cánoves muestran una bolsa de «votos indecisos», en los que incluyen los 29 de Ponent, y eso les permite asegurar que pueden llegar a sacar «más votos» que los oficialistas, aunque sea «uno o dos». Por su parte, los oficialistas se atribuyen hasta 105, seguros.

Ambos sectores han decidido emplear la misma estrategia: examinar los listados de delegados, localizar a los que suponen indecisos y pedirles el voto uno a uno. El congreso «está abierto», mantienen. La clave, insisten críticos y oficialistas, está en Palma y, más concretamente, en la agrupación de Ponent donde, tal como adelantaba ayer Ultima Hora se está impulsando un movimiento de refundación del PSIB partiendo de las conclusiones de la Conferencia Política del pasado mes de octubre.

Damià Cánoves reconoció ayer que esas conclusiones parecen en principio asumibles. El aún secretario de Organización del PSIB recordó que él mismo había colaborado a rebajar la pretensiones iniciales, más radicales, y que el documento que finalmente se aprobó es aceptable. En síntesis, reivindica un partido más abierto, conectado a la calle, que no haga bandera del nacionalismo y que influya en los sectores urbanos.