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La victoria electoral del PSOE y la llegada de Rodríguez Zapatero al Gobierno abren numerosos interrogantes sobre cómo serán las relaciones entre Balears y Madrid. Si hay que analizar las relaciones históricas entre los dos gobiernos, hay motivos para preocuparse. El Gobierno central, ya sea el PSOE, ya sea el PP, ha puesto todas las zancadillas posibles a Balears. Ninguno de los dos partidos políticos puede tener la conciencia tranquila en este sentido. Desgraciadamente, han pesado más los intereses partidistas que el interés general de los ciudadanos de Balears.

Por este motivo, resulta tranquilizador escuchar los mensajes que han lanzado durante los últimos días tanto Jaume Matas como Francesc Antich. Matas ha manifestado que le gustaría que Antich fuese ministro para que defienda los intereses de Balears desde el Gobierno de Zapatero. Y Antich, por su parte, ha agradecido la postura de Matas al aceptar renegociar el convenio de carreteras con el nuevo Ejecutivo socialista. Matas y Antich han demostrado tener mucho sentido común. Pero hay que pasar de las palabras a los hechos.

En primer lugar, Antich debe aprovechar su nueva situación para obtener resultados en favor de las Islas. Él mismo lo dijo en campaña electoral y ahora debe cumplir su promesa. Durante cuatro años, y casi siempre con razón, Antich se quejó de la falta de apoyo del Gobierno central. El diputado socialista no debe consentir ahora que su Gobierno se olvide de Balears y que maltrate a las Islas, como posiblemente hizo el PP cuando él mismo dirigía el Govern. Matas, que conoce mejor que nadie la política nacional, debe iniciar una nueva etapa de diálogo con el Gobierno central. Ése debe ser ahora el gran reto del president. Y para ello, Matas necesita el apoyo de Antich. En esta línea común los dos líderes están obligados a entenderse. Al menos mientras dure esta extraña pax balear. Realmente sería ingenuo no pensar que, tarde o temprano, y escudándose en sus respectivos programas políticos, Matas y Antich acabarán chocando. Cuando ello se produzca Balears de nuevo saldrá perdiendo.