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El Ministerio de Medio Ambiente ha incluido Balears entre las áreas marinas de protección para los cetáceos en el Mediterráneo español.

Este listado ha sido elaborado a partir del estudio que, bajo el nombre de «Proyecto para la Identificación de las Àreas de Especial Interés para la Conservación de los Cetáceos en el Mediterráneo Español», han desarrollado conjuntamente durante tres años la Universidad Autónoma de Madrid (en colaboración con la ONG Alnitak), la Universitat de Barcelona y la Universitat de València. El estudio ha sido financiado por el Ministerio con 672.142 euros.

En concreto, las zonas marinas de Balears que han quedado incluidas en este listado son: costa norte de Mallorca-costa norte de Menorca-canal de Menorca, sudeste de Mallorca y Cabrera, y sur de Formentera.

Estas áreas se unen a: Cap de Creus-Palamós y Maresme, en Catalunya; Columbrets, costa norte de Alicante y sur de la isla de Tabarca, en la Comunitat Valenciana; sur y aguas oceánicas de Murcia; y Gibraltar-Barbate, sur y aguas oceánicas de Almería e isla de Alborán, en Andalucía.

La identificación de estas zonas tiene como objetivo su designación como áreas marinas protegidas, contempladas tanto por el Convenio de Barcelona como por los demás tratados o acuerdos suscritos por España en materia de conservación de la naturaleza. Tres de estos convenios, que inciden en la creación de áreas marinas en el Mediterráneo, son el Convenio de Berna, la Directiva Hábitats de la Unión Europea y el Acuerdo sobre Conservación de los Cetáceos del Mar Negro, Mediterráneo y Atlántico.

El trabajo de campo de los investigadores se basó en el estudio de la distribución de especies, las estimaciones de densidad y los usos de los hábitats.

Los expertos, además de identificar las áreas de interés, han estudiado el entorno socioeconómico y las presiones humanas que actúan sobre esas zonas para poder aportar soluciones que sean también beneficiosas para los sectores sociales que viven de la pesca y del turismo. La elevada humanización del litoral, las capturas accidentales por artes de pesca, la contaminación, el incremento del tráfico marítimo y el uso de pequeñas embarcaciones de recreo figuran entre las amenazas más importantes.