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IVAN TERRASA-MADRID
El ingeniero de Santa Margalida Felicià Fuster Jaume recibió ayer en Madrid de manos del Príncipe de Asturias el Premio Nacional de Ingeniería Industrial 2003, en reconocimiento a su trayectoria profesional. Entre otros muchos cargos, Fuster fue en su día presidente ejecutivo de ENDESA y GESA y actualmente es presidente de honor de ambas. «Me satisface y me sorprende a la vez este galardón», confesó Fuster, «ya que llevo un tiempo trabajando en la sombra. No he sabido retirarme, no sé estar sin hacer nada. Y este premio es a una trayectoria vital, y la vida dura a veces más de lo previsto».

En su discurso ante la flor y nata de la ingeniería industrial española, y tras agradecer el reconocimiento, Fuster hizo una breve descripción de la actual carencia que vive España en el campo de la investigación. «El problema es también de presupuesto, todo el dinero no puede provenir sólo del Estado, es necesario que el mundo privado también aporte fondos, y que haya un reparto más equilibrado de los grandes y los pequeños proyectos». Sostiene que «es necesario planificar mejor la investigación en nuestro país, para atender más vocaciones y reducir riesgos diversificándola. Un cambio de la sociedad ante la valoración de la investigación me parece necesario».

Ante la confirmació de que en los próximos años un cable eléctrico y un gasoducto unirán Balears con la península, Fuster habló claro para este periódico. «Se generó una división política de si cable o gasoducto, lo cual ya da que sospechar. Yo traté de dar mi opinión sin molestar a nadie, y dije que el gasoducto es mejor solución que el cable eléctrico. No tiene pérdidas, es más económico, y además en Balears no tenemos gas como combustible final. Hoy el cable da menos opciones que el gasoducto. Pero, con todo, si fuera más joven sé que evolucionaría hacia el cable». Los Premios Nacionales de Ingeniería Industrial se instauraron en 2001 y se otorgan cada dos años. Una nutrida representación del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Balears viajó a Madrid para acompañar a su compañero premiado. Todos destacaron su «enorme inteligencia, laboriosidad y conducta desinteresada». Actualmente Fuster vive a caballo entre Madrid y Mallorca.