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Ambas se llaman Catalina. Catalina Ventayol Ventayol es la esposa del delegado del Gobierno en Balears, Miquel Ramis, con quien tiene tres hijos, Rafael (17 años), Miguel Àngel (12) y María del Carmen (3). Catalina Genestra Villalonga es la esposa de Pere Rotger, presidente del Parlament, con quien tienen cuatro hijos, José Antonio (28 años), Daniel (25), Jaume (22) y Pere Joan (14). Y si me lo permiten, más que mujeres del jefe, o de los jefes, yo diría que para éstos debe de ser un honor tenerlas como esposas. A poco de estar con ellas conversando te das cuenta de que son inteligentes, serias, discretas y que saben estar en su sitio, lo que no significa quedar en segundo plano.

Cada mañana, la esposa de Pere, con él, naturalmente, camina unos tres cuartos de hora, «incluso cuando llueve poco». Así, hacen ejercicio y, de paso, pasan revista al día, «aunque yo suelo acompañarle mucho, porque de lo contrario no nos veríamos, con lo cual compartimos más las cosas»; luego, cada cual se incorpora a sus distintos trabajos, ella en el banco y él en el Parlament. En cambio, Catalina Ventayol, que hasta que fue madre tuvo una guardería, «la primera que hubo en Alcúdia», y que ahora, con hijos en edad escolar, aparte de que no le gusta el deporte -«en eso no me parezco a mi marido, que lo hace para estar en forma», reconoce-, dice que bastante tiene con levantar a los críos de la cama, llevarlos al colegios, irlos a buscar y atender la casa. Porque, vean: los chicos van al colegio a Inca, «como de lunes a miércoles nos quedamos a dormir en Palma, cada mañana los acompaño y por las tardes los voy a buscar; el resto de la semana dormimos en Alcúdia, y hago lo mismo».

Nos descubren que sus maridos son hinchas del Barça (Pedro, además del Constància, y Miquel, del Mallorca); que el president del Parlament cocina, «aunque no tiene tiempo», que el delegado «es un negado para la cocina»; y que, dentro de un orden, a ambos les gusta acicalarse algo, sin pasarse, y que las marcas no les quitan el sueño. Buscan, sobre todo, la comodidad.

¿Que si se habla de política en casa? Ambas coinciden en que «siempre que se pueda, procuramos que no». En cuanto a si los nuevos cargos les roban tiempo para dedicarse a la familia, tampoco. «Desde hace años estoy acostumbrada a que Pedro le dedique mucho tiempo a lo que se ha convertido en su profesión. Es cierto que ahora tiene tres cargos, pero en la anterior legislatura estaba en el Parlament, Consell Insular, era alcalde de Inca y presidente del partido, lo cual significa que ahora tiene un cargo menos.

Catalina Genestra, cuyo marido fue alcalde de Alcúdia y conseller de Medi Ambient, y que luego pasó una legisalatura en la oposición, hubiera preferido que se olvidara de la política, «pero no ha sido así; a él le gusta, y si hace lo que le gusta, pues a mí me parece bien».

Pedro Prieto