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La Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria (UCTA), ubicada en la novena planta del hospital materno-infantil de Son Dureta, ha atendido, de enero a agosto de 2003, un total de 148 nuevas visitas y 2.373 revisiones de enfermos que presentan anorexia y bulímia. Esta unidad, que se puso en marcha en 1999 en el área de psiquiatría de Son Dureta, atiende una media de 150 casos nuevos al año y cuenta, desde abril de este año, con unas nuevas y ampliadas instalaciones, que disponen de hospital de día -con capacidad para 10 pacientes-; consultas externas y la unidad de hospitalización con 4 habitaciones dobles y capacidad para un total de 8 pacientes.

El equipo médico de la unidad está coordinado por la psicológica, María Carrera, y cuenta con la psiquiatra, Olga Ibarra; un psicólogo para el hospital de día, Àngel Catalán; una coordinadora de enfermería, Rosa Ballester y un amplio y completo servicio de enfermería y auxiliares de enfermería. La coordinadora de la unidad, María Carrera, reconoce que aunque la demanda es creciente la demora en la atención a los pacientes con trastornos de alimentación es mínima, «los pacientes esperan sólo de tres semanas a un mes para ser atendidas», comenta y añade que «a 31 de diciembre de 2002 la lista de espera de nuestro servicio era de cero pacientes», apostilla.

La mayoría de los pacientes de la unidad son mujeres, «aunque también tenemos algunos hombres», y mientras que la edad media de los enfermos de anorexia es 12 a 24 años; mientras que la bulímia suele aparecer en torno a los 18 años. Para la psicóloga es más difícil de tratar la bulímia porque la detección es «más tardía».