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Una familia de Andratx ha presentado la primera demanda en Balears contra la Conselleria de Sanitat por la muerte de un paciente que falleció mientras esperaba ser intervenido por una grave dolencia que sufría en el corazón. La aceptación de esta demanda coincide con las negociaciones que mantiene la Conselleria con la oposición para solucionar el tema de las esperas quirúrgicas. Este paciente falleció cuando tenía 55 años de edad. Los hechos ocurrieron hace dos años, en junio de 2001. El hombre sintió dolores en el pecho. Al ser vecino de Andratx el día 29 acudió al PAC de la localidad. El médico de cabecera le envió a Urgencias de Son Dureta. Allí le diagnosticaron una grave lesión de corazón. Según la demanda que ha elaborado el abogado Ignacio Forteza Rey ante el TSJB, el enfermó quedó ingresado, pero hasta una semana después no se le practicó ninguna prueba. El día 13 fue dado de alta, remitiéndole de Son Dureta a una clínica privada, que tenía un concierto con el Ib-Salut, porque en Son Dureta no se realizaba este tipo de operación en el corazón. Varios días después desde la clínica privada se pusieron en contacto con el paciente, «diciéndole que en tres o cuatro semanas» sería avisado para la operación.

El paciente, pese a que tenía muchas posibilidades de morir (según se especifica en la documentación médica que recogió la familia) aguardó la llamada de la clínica. El día 14 de agosto, es decir, casi dos meses después de diagnosticarle la cardiopatía, se sintió muy mal y fue al PAC de Andratx. El médico, según señala la demanda, conoció los antecedentes del paciente. El facultativo le examinó y llegó a la conclusión de que su dolencia consistía en «gases intestinales».

Dos días después regresó de nuevo al PAC. Fue atendido por otra doctora, que le tendió sobre una camilla. Esta posición le provocó, según la demanda que los pulmones del paciente se llenaran de sangre, su estado fuera empeorando y al final murió. La familia demanda a la administración sanitaria y a los médicos que le atendieron en el PAC de Andratx por no haber operado al enfermo de inmediato, que dos meses después de diagnosticarle la dolencia cardíaca, que podía en grave peligro su vida, aún no conocía la fecha en la que iba a ser intervenido. El fallecido tenía dos hijos.