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La fiesta popular de la ofrenda floral a la Verge de la Salud resultó un éxito. Ello fue debido principalmente a dos factores: a que coincidiera en domingo y a su buena organización. Una hora antes se alegraba el ambiente con el pasacalles protagonizado por los Geganters de la Sala, que acompañados por la Escola de Xeremiers recorrieron danzando desde el Ajuntament la calle Colón, Plaça Major y Sant Miquel.

Policía Local y miembros del Grup Güell colaboraron activamente para que el recorrido fuera fluido desde la calle Olmos hasta la iglesia de Sant Miquel, donde tuvo lugar la ofrenda. Frente al templo se situó el catafalco de autoridades que presidió la alcaldesa Catalina Cirer junto a la regidora de Dinamización Ciudadana Maria José Frau y otros ediles, además del rector de la parroquia, Llorenç Riera. Los participantes portaron ramos de pequeños crisantemos color grana y amarillo cedidos por el Ajuntament, para que los vestidores los fueran colocando en las estructuras metálicas que flanqueaban el portal mayor de Sant Miquel.

Los xeremiers abrieron el desfile seguidos de los cuatro gegants, que ofrecieron una danza frente a las autoridades. A continuación desfilaron vestidos de payeses socios de los centros culturales de Es Fortí y s'Escorxador, seguidos por la casi totalidad de asociaciones de vecinos y centros de la tercera edad de Palma, que ofrendaron también artísticos centros florales y las típicas manzanas para que se repartan entre los enfermos de la parroquia y otros centros asistenciales.

Amalia Estabén