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Una vez más, el pueblo de Mallorca, fiel a la tradición de cada primer domingo de julio, acudió a la iglesia de la Anunciació para celebrar la fiesta de la Sang, que este año no pudo contar con la presencia de una de las imágenes más veneradas de la Isla, el Crist de la Sang.

Una solemne misa presidida por Andreu Genovart, administrador diocesano, que contó además con la actuación del orfeón Castellitx de Algaida, reunió ayer a un buen número de fieles que celebraron así una de las fiestas de mayor arraigo en Mallorca: la fiesta de la Sang.

Asimismo, la misa fue concelebrada por los sacerdotes Jaume Rovira, Ricardo Ramón, Miquel Sastre, Francisco Cobo, Francisco Betti, Rafael Prohens, Miquel Ramón y Bartomeu March. También hubo una amplia representación de las diversas cofradías de Palma, que estuvieron formalmente representadas por Tomás Darder, presidente de la Asociación de las Cofradías de Ciutat, quien recordó que «el Crist de la Sang es el patrón de las cofradías de Palma, y a pesar de su ausencia física, hoy más que nunca, hemos de estar aquí», aseguró.

El culto a la sangre de Cristo empezó a extenderse por la cristiandad en el siglo XV. En la Isla, no fue hasta el siglo XVI cuando se fundó la Cofradía de la Sang en la iglesia del Hospital General, ya que esta devoción religiosa siempre ha estado vinculada a la caridad.