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Ronald Drossel, Viktor Kunstner, Bernd Breitling y Gerd Stuerner son cuatro de los cientos, miles, de alemanes que cada año por estas fechas se vienen a Mallorca a practicar su deporte favorito, el ciclismo y, sobre ruedas, hacer turismo. «Hace unos años -comentan- éramos más hombres que mujeres los que practicábamos el cicloturismo, en cambio ahora, ellas son casi tantas como nosotros».
Los cuatro se hospedan en el hotel Leman, de la Platja de Palma, un establecimieto preparado para alojar a cicloturistas, entre otras cosas porque dispone de unos menús especiales para ellos así como de unos locales en los que pueden dejar sus bicicletas y repararlas si fuera preciso, puesto que cuentan con un banco especial y alguna que otra herramienta, aunque éstas las suelen llevar ellos consigo. Dicho hotel tiene capacidad para 236 clientes, de los cuales, la semana pasada, 70 eran cicloturistas.

La diferencia entre Ronald y sus compañeros es que éste es triatleta, es decir, pedalea a diario entre cien y doscientos kilómetros -depende del día, del estado de la carretera y del ánimo que tienen-, de regreso al hotel corre a pie otros doce y cuando hace buen tiempo nada a lo largo de una cierta distancia, bastante respetable. Por lo demás, en pedaleo diario los cuatro andarán por los mismos kilómetros. Ronald, que pese a su apariencia está ya jubilado -realmente, prejubilado-, dice que hace cicloturismo porque le gusta el ciclismo y Mallorca, a donde viene acompañado de su esposa, permaneciendo seis semanas. Entre una cosa y otra, se suele gastar alrededor de los 5.000 euros. ¿Caro? «Si lo encontrara caro -dice-, no vendríamos. Mi mujer no pedalea -añade-, pero tampoco está en contra de que yo lo haga».

Los otros tres vienen a Mallorca por una semana, por lo que pagan unos 450 euros.
Los cuatro, que se conocen muy bien las carreteras de Mallorca, consideran que éstas han mejorado mucho de unos años a esta parte hasta el punto de que hoy las consideran entre las mejores. Son anchas -dicen-, están bien señalizadas y cada vez hay menos matorrales en los bordes. Además, se han abierto nuevas rutas, lo que les permite conocer otros lugares o llegar a ellos por caminos desconocidos. ¿Que por qué eligen estas fechas del año para pedalear? «Porque ahora en Alemania, o llueve o nieva, por lo que no se puede circular por sus carreteras».

Para estos cicloturistas, después de haber sabido elegir el hotel, que disponga de garaje donde dejar tranquilamente la bicicleta cuando no la utilizan -en Mallorca, según el informe del Ibatur, hay establecimientos de este tipo- lo fundamental es poseer una buena máquina, algunas -la mayoría- de un precio no inferior a los cuatro mil euros, «pues una bicicleta cara es mucho más segura que la barata».
Por lo demás, en opinion del director del establecimiento, el cicloturista suele ser persona tranquila, que no crea jamás ningún problema, que alguna que otra noche sale a dar una vuelta o a tomarse una copa en el biergarthen o en la discoteca.

Pedro Prieto