Sergio Dalma posa muy sonriente en una terraza del Paseo Marítimo. Foto: JULIÁN AGUIRRE

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Sergio Dalma, Josep Sergi Capdevila Querol sólo para los amigos, estuvo ayer en Palma promocionando su nuevo disco, De otro color, un trabajo donde una vez más su voz quebrada y agresiva se impone a ritmos y significados. Reconocido intérprete, no huye de sincerar que él no es músico ni compositor, «sólo rasco un poco la guitarra», aunque en su último trabajo hay un tema suyo: Baila, baila. Por eso, para elegir las diez canciones del disco ha tenido que oír cientos de temas en los últimos meses compuestos expresamente para él. Sergio Dalma nació en Sabadell en 1964, ya ha sacado nueve discos al mercado y es uno de esos rara avis de la música española que se mantienen al pie del cañón sin hacer ruido y sin que nadie sepa cómo. Con De otro color ya está a punto de superar las 100.000 copias vendidas.

-¿Cuántas canciones ha tenido que escuchar para hacer este nuevo disco?
-Muchas, imagínese, mi último trabajo es de hace dos años y medio.

-Escuchado su disco uno concluye que es un tanto diferente a los otros, sobre todo en la inclusión de nuevos ritmos latinos. Aunque parece que no se puede despegar de su talante de baladista «italiano».
-Sí, es cierto, pero es que es lo que me gusta. No es de mi agrado que me encasillen en baladista, pero he de reconocer que he mamado mucho la música italiana. Soy muy mediterráneo y no lo puedo evitar. En cuanto a lo de los ritmos, eso pretendía, y creo que se ha conseguido con la colaboración de gente tan importante como Juanes y Kike Santander.

-Latino cien por cien.
-No, mediterráneo.

-¿Qué queda de aquél Sergio Dalma refrescante que cantaba en los anuncios de Kas o Schweppes?
-Uf! Un estilo, supongo.

-¿Volverá a ser alguna vez Josep?
-¡No he dejado de serlo! Así me llaman en mi casa, mis padres, mis amigos...

-Es decir, padece usted «desdoblamiento de personalidad».
-Soy una especie de Dr. Jeckyl y Mrs. Hyde (risas). Sergio Dalma se ha apropiado un poco de Josep, pero más que nada es una simbiosis en una misma persona, me encanta esta dualidad, aunque es difícil de llevar. Soy una persona que me gusta la tranquilidad e intento huir lo que puedo de la fama, es cuando soy Josep y me quedo en casa.

-¿Es ya Sergio Dalma un cantante maduro?
-Hombre, estando cerca de los 40 años como estoy... pues creo que sí. Y eso se nota en el trabajo, aunque espero seguir madurando en cada disco que saque.

-¿Y las chicas jóvenes?
-A la hora de preparar mis discos me envuelvo de jóvenes músicos, para que las canciones tengan ese espíritu joven que guste a varias generaciones. Sigo queriendo acercarme al público joven.

-¿Cuántos discos le quedan?
-Uy, muchos, espero. Aunque mi planteamiento en cada trabajo es pensar que es el último, así lo doy todo y lo intento hacer lo mejor posible, no sea cosa que ya no haga más.

-¿Bailar pegados o Galilea?
-Las dos. Es curioso, son dos canciones antagónicas y me las piden por igual, aunque yo creo que Galilea es la que la gente espera más en los conciertos, supongo que es porque es más cañera.

-¿Volvería a Eurovisión?
-No, porque es un festival que vive fuera de la realidad musical.

-¿Entraría en el Hotel Glamour?
-¡Nooooo!

David J. Nadal