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Francesc Antich recibió ayer en audiencia a los galardonados este año con la Medalla de Oro de la Comunitat, la denominada «Comisión de los Once», encargada de elaborar un proyecto del Estatuto de Autonomía para les Illes Balears en el marco de la Constitución española en 1978, y la Editorial Moll, fundada en Palma en 1934 y que ha contribuido de forma especial a la difusión del idioma catalán. La «Comisión de los Once» fue constituida por iniciativa de Jeroni Albertí, president del Consell General Interinsular el 3 de julio de 1980.

Estaba integrada por once miembros designados por las fuerzas políticas con representación en los consells insulars. Formaron parte Rafel Gil Mendoza, Lluís Pinya, Joan Josep Ribas y Francesc Tutzó por la Unión de Centro Democrático (UCD); Gregori Mir y Félix Pons, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE); Damià Pons, del Partit Socialista de Mallorca; Andreu Murillo, del Partit Socialista de Menorca; Ignasi Ribas, del Partit Comunista de les Illes Balears; José Cañellas Fons, por Alianza Popular, y Vicente Ferrer, de los Independientes del Consell d'Eivissa i Formentera. Todos ellos trabajaron con el objetivo de conseguir el máximo consenso sobre el futuro Estatuto de Autonomía.

Las medallas d'Or del Govern, precisamente, intentan reconocer de forma pública los méritos contraídos por esos ciudadanos ilustres y enaltecer todos los valores que les han caracterizado en el proceso de avance cultural, social o político de les Illes. Tras ser recibido en audiencia por el president del Govern, Francesc Antich, en el Consolat de la Mar, Jeroni Albertí declaró que «una vez pasados veinte años, yo destacaría sobre todo el espíritu de consenso que hubo entre todas las fuerzas políticas del momento».

«Cuando constituí la 'Comisión de los Once'estaba claro que el objetivo era mantener el consenso que había habido en la etapa preautonómica. Esa comisión funcionó muy bien, hubo aportaciones muy importantes, yo diría que, precisamente, por ese consenso que he mencionado; por ello insisto en que por las condiciones que se daban en esos momentos, tanto a nivel balear como nacional, era el mejor Estatut que se podía conseguir para estas islas».